
Si falta uno no es amor
Por Wilfredo Martínez
La Información de Santiago
Ciertamente, considero que los frutos principales del amor son: la fidelidad, el respeto, el sacrificio, el perdón y el diálogo. En el fondo, son actitudes o disposiciones voluntarias que asumimos como una correspondencia necesaria y espontánea de nosotros hacia las personas que amamos.Y en la medida que así lo observamos, mayor satisfacción experimentamos.
Todo esto delata una verdad muy elemental del amor, dar y recibir, que en una dinámica continua transforma las personas involucradas.
Estos cinco frutos constituyen la respuesta, más que necesaria, obligatoria para que el amor perdure y madure. Lo contrario ocasionaría una falta de compensación en una de las partes, que en su primera etapa se tolera con mucha paciencia, considerándose que fue un desliz o una falta de sentido común de la otra persona, anidando también la esperanza de que no va a volver a pasar. En la segunda etapa, comienzan a surgir protestas suaves, que con un tono delicado y cariñoso, solicita, no exige todavía, el nivel de respuesta que implica esta amistad, noviazgo, matrimonio, comunidad o sociedad. Y en la última y tercera etapa, de no superarse la falta, surgen protestas airadas, discusiones frecuentes y expresiones ofensivas que los colocan al borde del rompimiento. Hay que evitar llegar a este nivel.
Quiérase o no el amor es una responsabilidad de todos. Es cuestión de personas que gozan de un nivel aceptable de madurez. Pues, jamás podrá vivir el verdadero amor quien no cultiva valores como: la humildad, la honestidad, la fe, la esperanza, la caridad, la responsabilidad, el saber compartir, entre otros.
Claro, no estamos hablando de alguien perfecto. Nadie es maduro ciento por ciento; esta es una tarea de toda la vida, pues, siempre hay cosas que debemos superar o mejorar. El ser humano no es una hechura acabada, es un ser por realizar y realizarse; pero a cierta edad hay valores y actitudes que denotan una visión, un proyecto de vida que no margina a Dios ni a los demás.
“…el amor de Dios y del prójimo es el primero y el mayor de los mandamientos. La Sagrada Escritura nos enseña que el amor a Dios no puede separarse del amor al prójimo…” (Gaudium et Spes, 24, Concilio Vaticano II)
El autor es Director de Radio Luz 93.7 FM
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