La falta de pudor de la delincuencia ultraja
nuestros valores
Por Emilia Santos Frías
Sentí
caer un balde de agua fría en todo mi
cuerpo, al escuchar esta mañana, a la
locutora del nuevo noticiario, decir que una confesa delincuente es apodada “la
mariposa”.
Sentí
injuria…sentí ultraje mediante la palabra, me sentí ofendida y hasta en peligro
el honor de mi nación. ¡Caray, que falta de respeto muestra la delincuencia
hacia nuestros valores!. Su carencia de inteligencia; escasez de siquis, le
hace jugar hasta con nuestros sentimientos patrios. Nos ultraja hasta las
emociones.
Ese
seudónimo no es para lacras sociales, esas (os) que contaminan y enferman
nuestro entorno; fue concebido sólo para gente comprometida, que ama su nación
y da hasta su vida por ella, como hicieron “Las muchachas de Ojo de Agua”, esas
si fueron y son Las Mariposas de
República Dominicana.
Las
Mirabal son merecedoras de él, no sólo porque sufrieron las vejaciones más
crueles y hasta con su vida sellaron la firmeza de su creencia, ante una de las
más brutales dictaduras vividas en el mundo, esa que arropó nuestro país por
más de 30 años; sino, porque con su compromiso, entereza, intelecto y recursos
de todos tipos, nos permitieron pasar a vivir en democracia. ¡Si, también a
ellas la debemos!.
Quiero
creer que fue un error de la locutora, ex reina de belleza, llamar mariposa a Crisania Mercedes Soriano, esa joven que dice ser una ex
comerciante de estupefaciente, en Hato Mayor del Rey; la misma que la semana
pasada destapó una nauseabunda caja de sorpresa, que delata a nuestras autoridades encargadas
de velar por la eliminación del flagelo de las drogas, y que a decir de esta
señora, en vez de cumplir con su rol…aumentan la problemática, mientras se
enriquecen de forma grotesca.
La trama que ella relata parece de película, pero una bastante
repugnante y tétrica. No es ni será merecedora de ese sobrenombre. ¡No lo
merece!, sólo ha dado lastre a su terruño. Su aporte, junto al de otros malos
dominicanos, es enfermedad y sufrimiento para sus coterráneos. Así lo indica en
sus declaraciones ante los medios de comunicación, donde nunca defendió su
atroz actuación.
Es un insulto nombrar a alguien de esta calaña, con el nombre
del “pájaro del alma”, como bautizaron los poetas a la mariposa; ese insecto
maravilloso, que muchas personas amamos; vital en la agricultura, por su
importante y benigno trabajo en la polinización y cultivos. Ese hermoso animal
que está integrado en 165 mil especies, divididas en 127 familias.
Me niego pensar y
rotundamente me niego, llamar mariposa a remanentes humanos, que no son ni
serán capaces, como lo es ella, de vivir llenos de luz y belleza.
La mariposa es ese animal, que pese a vivir una vida breve, hace
tan buen aporte al planeta, que muchos tipos son merecedores de ser llamados
monarcas.
¡Qué afrenta!.
República Dominicana, ¡despierta!, es hora de honrar tus valores. Lo contrario está de moda.
¿Hasta cuándo seguirás inactiva ante todo?. ¿Cuándo escucharemos tu
clamor?. ¿Cuándo tu gente volverá a defender sus derechos?. ¿Cuándo sacaremos
la podredumbre de tu suelo?. ¿Cuándo exhibiremos decoro en vez de desazón?
La autora es Profesora,
periodista y abogada
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