Tiempo de agradecer a quienes nos
privilegian con su amistad
Por Emilia Santos Frías
En el andar de nuestra existencia,
tenemos la dicha de conocer a tantas personas. Algunas icónicas, otra que pasan
por nuestras vidas sin saber que pasaron, debido a que son contrarias a los
designios del amor y la bondad humana.
Pero siempre volvemos nuestros pensamientos a esas que nos han
acompañado en momentos claves: sutiles, de inmensa alegría; de tristeza. En esos
grandes o pequeños logros que hacen distinta nuestra presencia en este terruño.
Hoy es preciso agradecerles,
por estar dispuestas a contagiarnos con su alegría; servir de apoyo esencial en
momentos de tribulación y regocijo. Capaces de sostenernos cuando decaemos; y
elevarnos con palabras simples, pero sinceras; reales; sanadoras.
Muchas de esas personas que
llamamos amigas, amigos, nos acompañan desde siempre y para siempre. Con ellas,
aunque duremos días; años sin vernos, no tenemos que actualizar nuestro
acontecer; no es necesario y ambas partes saben que se tienen.
Otras llegan a nosotros con
fecha de caducidad, porque su fin no es permanecer en el tiempo, pero dejan
algún aprendizaje, dulce o amargo. A esas le escribió el gran José Martí
“Cultivo la Rosa Blanca”, poema, que te invito leer. Expresa lo siguiente:
“Cultivo una rosa blanca en
junio como en enero para el amigo sincero que me da su mano franca. Y para el
cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo; cultivo
la rosa blanca.
Hoy víspera de la
celebración del Día del Amor y la Amistad; la ocasión es propicia para
agradecer, como dijo
Francisco de Quevedo, escritor español, porque "el
agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien”. Yo agrego, y de una
mujer de bien.
"Agradece a la llama
su luz, pero no olvides el pie del candil que paciente la sostiene".
Exhortó el gran filósofo y escritor indio, Rabindranath Tagore. Quien también
afirmó: “la verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor
cuando todo se ha oscurecido". Lo creo con todas mis fuerzas.
Asimismo, la Biblia, en Eclesiastés
capítulo cuatro, versículo del nueve al diez, nos dice: “más valen dos que uno,
porque sacan más provecho de lo que hacen. Además, si uno de ellos se tropieza,
el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a
levantarse! “.
El libro de los Proverbios,
capítulo 16, versículo 28, afirma: “el que es perverso provoca contiendas; el
chismoso aparta a los mejores amigos”. Y
continua en el capítulo 27, versículo
seis: “fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que
aborrece”. Por eso nos exhorta, en Primera de Corintios, capítulo 15, versículo
33, no dejarnos engañar, porque “las malas compañías corrompen las buenas
costumbres”.
Hoy hago un reconocimiento a
los amigos y las amigas que poseo; no son numerosos, pero si los precisos; las
necesarias; quienes tienen que ser, tal como lo quiso la vida. A ellas, a
ellos, ¡gracias por su afecto y acompañamiento. Me han dado el privilegio de
tenerle en las distintas etapas de mi esencia; de vivir y compartir ocurrencias;
sabiduría…, en fin, ser parte de sus vidas.
Agradezco, porque bien dice
Proverbios 17, versículo 17: “el amigo ama en todo momento; en tiempos de
angustia es como un hermano”. En mi vida hay mujeres y hombres que amo, y mi
afecto lo posen tal cual son; llenas, llenos de multiplicidades. Y es un sentimiento que no está unido por lazos
sanguíneos. Agradezco a Dios la dicha!.
Ese mismo, y muy acertado libro
de los Proverbios, expresa en su capítulo 18, versículo 24: “hay amigos que no
son amigos, y hay amigos que son más que hermanos”, esa cita la creo firmemente.
El Salvador, nos llamó
amigos, amigas; así lo indica Juan capítulo 15, versículo 12: ”yo los he
llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, se las he dado a
conocer a ustedes”. Y yo a Jesús, le creo.
¡Feliz Día del Amor y la
Amistad, sigamos sumando positivos a nuestro hábitat!
La autora es educadora,
periodista, abogada y locutora.
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