martes, noviembre 11, 2008

Educadores en diabetes “crecen”

POR FÉLIX ML. ESCAÑO POLANCO
Desde la época de Aretero de Capadocia aquel médico griego que se considera existió 1,500 años antes de la era cristiana y a quien se le atribuye haber sembrado la semilla de la “diabetes”, al considerarla como una enfermedad donde los individuos orinaban tanto que “hasta los huesos” se le iban por la orina, la educación en diabetes fue y sigue siendo una verdadera realidad.

Este cuadro clínico donde la orinadera parecía la “chorrera que atraviesa un sifón”, fue lo que originó la palabra diabetes, descrita en los Papiros de Ebers en Egipto, pues, “atravesar” en el lenguaje griego quiere decir “diabaineim” palabra que en castellano significa “diabetes” y en el lenguaje simple, significa “orinadera”.

La orinadera que produce esta enfermedad fue y sigue siendo tan llamativa que despertó la inquietud en un médico inglés conocido como Thomas Wilis en 1674 al decidir “probar personalmente” la orina de estos enfermos, pues le llamaba la atención que en el lugar donde orinaban estos enfermos, se acumulaban “hormigas”.

Cuán grande fue la sorpresa de este investigador al detectar que la orina tenia sabor “dulce como la miel” de donde surge el apellido de la diabetes más frecuente que conocemos “mellitus” (miel), “diabetes mellitus”.

Existe otro tipo de diabetes o sea “orinadera” provocada por un desbalance de una hormona que se fabrica en el cerebro en una zona conocida como hipotálamo y llamada “hormona antidiurética”, en este caso, cuando hay déficit de la misma, la persona “orina mucho” pero sus niveles de azúcar en la sangre “son normales”, a esta diabetes se le conoce como “diabetes insípida”, porque la orina tiene “sabor insípido”.

Como es más frecuente la Diabetes Mellitus, y se ha convertido en “pandemia”, pues la padecen más de 260 millones de personas, nos seguiremos refiriendo a la misma. En nuestro país estimamos -por los estudios realizados por los Clubes de Leones y el Instituto Dominicano de Cardiología- que tenemos una prevalencia entre 8% a 12%, y si aplicamos el criterio médico que dice (sic): “por cada diabético conocido hay uno por conocer” en nuestro medio tenemos cada día más diabéticos.

Frente a esta realidad y lo costoso de la enfermedad, la “educación” es la clave del éxito demostrado mediante evidencias científicas por la Federación Internacional de Diabetes (FID), la Asociaciones Americana y Europeas de Diabetes (ADA, EASD) y la Asociación Latinoamericana de Diabetes (Alad).

Alad, el Colegio Médico Dominicano, la Universidad Católica Santo Domingo y la Fundación Dominicana de Endocrinología y Diabetes (Fundomed), que dirigimos, entregan a la sociedad en este año, 62 médicos generales, capacitados para la “educación en diabetes”, material profesional que debe ser aprovechado por las instituciones de salud, en el nuevo modelo de seguridad social.
¡Enhorabuena Fundomed!