jueves, julio 21, 2011

AMAR MANTIENE LA SALUD


21 Julio 2011, 12:03 PM

Ginecología actualizada

El amor sana

Escrito por: LILLIAM FONDEUR (lfondeur@gmail.com)


Sentirse acompañado protege nuestra felicidad ante los problemas de salud, demostró el estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto Coca-Cola de la Felicidad. El trabajo, dirigido por el profesor Carmelo Vázquez concluye que, ante un problema de salud, las personas más felices se sienten más saludables que los menos felices.
La investigación demuestra que, de manera general, las personas que están más satisfechas con su vida son las que perciben que su estado de salud es mejor, incluso los problemas psicológicos mostraron mayor impacto en el bienestar que los orgánicos. La hipertensión, diabetes, o problemas relacionados con la vista no reflejaron estar relacionados con la satisfacción vital. De este modo, por cada persona del grupo más feliz que tiene depresión, nueve personas del grupo de los menos felices presentan este problema de salud.

Todos los problemas de salud están más presentes en el grupo de personas menos felices y menos presentes en la población más feliz. Este hecho confirma la relación entre bienestar y salud.

En general, se cumplía la relación ‘más afectado-menos satisfecho’ y ‘más importancia dada-menos satisfecho’. De este modo, las personas menos felices parecen dar una importancia excesiva a un problema cardiovascular que no ha afectado demasiado.
El informe constata la importancia de la salud mental como componente tanto o más importante que la salud física en la percepción de la propia salud. Y, lo que es más relevante: ante un problema de salud, las personas más felices se sienten más saludables que las menos felices. Además, entre los encuestados que padecen un problema de salud, los más satisfechos con su vida se sienten más saludables que los menos satisfechos.
El papel de la familia y de los amigos muestra especial importancia, ya que el apoyo social protege la felicidad ante la desgracia, con un efecto amortiguador del impacto de los eventos desgraciados. Además, las personas optimistas, con ‘resiliencia’ (capacidad de sobreponerse a la adversidad) y capacidad de dar sentido a la vida no ven reducida su felicidad ante la desgracia. Un dato que confirma estos resultados es que las personasfelices se sienten significativamente más satisfechas con su propia vida tras sufrir una desgracia que las personas que no la han sufrido desgracia.

De este modo, pensar que la vida tiene sentido, encontrar un sentido a las desgracias que nos pasan y aprender de ellas, hace que sufrir este tipo de eventos no sólo no se convierte en una causa de disminución de felicidad, sino en una oportunidad para su aumento y crecimiento personal.

Los invito a “Defender la alegría” como dice Serrat, es saludable.