lunes, agosto 15, 2011

Miradas

Miradas, una vista hacia la cotidianidad

Escrito por: Lillian Fondeur Q.

Hay miradas y miradas. El espacio Miradas se gesta como una ventana para evidenciar lo que muestran entre líneas, o lo que no muestran. Para dirigir la vista hacia la cotidianidad y presentar las diversas caras de la opresión, para descubrir lo que ocultan.

No somos protagonistas del desarrollo, somos víctimas de él. Acrecientan las recaudaciones y aumentan las desigualdades. Los ricos más ricos, los pobres más pobres, y cada vez en mayor cantidad. Han privatizado las ganancias y socializado las pérdidas.

Hemos perdido la capacidad de asombro. Los muertos por intercambios de disparos, balas perdidas, feminicidio y muertes por parto han dejado de ser titulares. Un muerto, según de quien se trate, es noticia, muchos muertos una cifra. Es necesario tomar en cuenta el valor de todas las personas, sin excepción, evitando la insolidaridad que ha permitido que se llegue a las inadmisibles asimetrías actuales.
Para producir cambios es indispensable conocer la realidad en su conjunto, en profundidad. Si se le conoce superficialmente, el cambio es de percepción, no real, no de fondo. Para conocer con exactitud lo que acontece es preciso saber mirar las y los invisibles, que no son noticia, la inmensa mayoría que nace, vive y muere en espacio físico e intelectualmente reducido. Todas y todos tienen que ser no sólo vistos, sino observados para que de este modo, como dijo Bernard Lown, al conocer a los invisibles seamos capaces de hacer lo imposible, que al no tenerlos en cuenta permanecen, una vez más, inadvertidos.

Nada pasa por azar, nadie puede esperar cosechar frutos de semillas que no ha plantado. La proliferación del entretenimiento convierte a muchos ciudadanos y ciudadanas en espectadores impasibles y mal informados. Parecería que están mediatizados por el miedo, la timidez, la trivialidad de los compromisos sociales, siguiendo el lema de “ver, oír y callar”.

El aislamiento, cada vez más vinculado con la desigualdad, es debilidad: una sociedad ignorante, dividida, individualista, y pusilánime mantiene el estatus. Aceptamos la ineficacia de nuestros representantes, la corrupción, y consideramos la solidaridad una debilidad. Sin valores colectivos carecemos de futuro.

Cuando una sociedad es construida a espaldas de la ética el bienestar es un espejismo. Miradas es una invitación a romper la inercia y a quebrar el conformismo, como algunas y algunos se han atrevido. Es un instrumento para defender la dignidad. Para un ser humano nada hay más importante que su dignidad. No hay nada más digno que luchar por lo que es justo y además es gratificante.

Miradas es un puente hacia la igualdad, un sendero para soñar, y un nuevo latido. Miradas es, en definitiva, un lugar para ganarle terreno al pasado.

Perspectiva
Asociación Dominicana de Periodistas con Perspectiva de Género:
Espacio abierto de Periodistas que procura promover relaciones equitativas e igualitarias entre mujeres y hombres, desde los medios de comunicación social.

Más informaciones en: www.aprimera plana.org
Entrevista de la semana
La vida en un fregadero ¿ a cambio de nada?

Isaura Cotes
Entrevista con Victoria García, presidenta de la Asociación de Trabajadoras del Hogar.

LLas normas laborales aprobadas por la Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebrada en Ginebra en junio pasado representan un verdadero hito en los esfuerzos por el reconocimiento de los derechos humanos y laborales de millones de personas en el mundo, en su mayoría mujeres, que realizan labores domésticas y de cuidado en casas de otros y otras por un pago. Considerando la histórica invisibilización e infravaloración del trabajo doméstico remunerado, el Convenio 189 y la Recomendación 201 de la OIT disponen que este trabajo tenga el mismo reconocimiento y se rija por las mismas normativas que las de cualquier otro tipo de trabajo remunerado. Victoria García, presidenta de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, comparte con Miradas su perspectiva al respecto.

¿Cuál es la trascendencia de este Convenio?
Tiene un peso específico y de Grandes Ligas, porque se trata de algo dispuesto por un organismo de las Naciones Unidas, que los países que forman parte de ese sistema deben cumplir. Estamos hablando de derechos que no se nos habían reconocido nunca, como la seguridad social, la jornada de trabajo, un sueldo mínimo, seguro de salud, licencias por maternidad, y sobre todo que haya un contrato de trabajo escrito donde las partes tengan todo claro.

¿Cómo cambiará la vida de las trabajadoras domésticas en República Dominicana?
Imagínate, nosotras no tenemos un seguro de accidente, aunque corremos mucho riesgo. Tenemos una mujer que perdió la mano en un accidente camino al trabajo y nadie respondió por ella; muchas trabajadoras domésticas sufren quemaduras bregando con ollas de presión porque no conocen la forma correcta de hacerlo, y ahí están, con sus rostros desfigurados… A una joven la despidieron de su trabajo embarazada sin ninguna garantía, lo estamos “peleando”. No disfrutamos de un seguro de salud y esto es terrible, porque tú naces con un médico y mueres también con un médico.

Necesitamos tener una seguridad social, porque es grande la cantidad de mujeres que dan su vida en un fregadero a cambio de nada.
¿Algunos sectores pudieran sentirse amenazados estas dispoosiciones?
No hay que temerle a los cambios, los cambios siempre son positivos. Esto se ha aplicado en países avanzados y no ha tumbado gobiernos ni ha acabado con nadie. Ha sido algo positivo.

¿Qué le corresponde al país para que el Convenio 189 se concretice?
El gobierno debe ratificarlo para que se aplique y no disponer nada que choque con él. Las centrales sindicales tienen que reclamarlo, ponerlo como punto de sus agendas, porque es algo que beneficia a la clase trabajadora.

Y las trabajadoras domésticas ¿qué deben hacer?
Mantenerse vigilantes, guardianas de ese Convenio, organizarse y reclamar lo suyo. ¡Las puertas de la Asociación están abiertas!