jueves, febrero 09, 2012

DEBEMOS ERRADICAR DE NUESTRA SOCIEDA LA VIOLENCIA DE GENERO

EFECTOS NEFASTOS
Secuela económica de la violencia de género
CUANTIFICAR EL COSTO DE LAS AGRESIONES A LAS MUJERES PERMITIRÍA AL ESTADO ENFOCAR LA PROBLEMÁTICA DE MANERA MUCHO MÁS EFICAZ Y DETERMINAR LA COSTO-EFECTIVIDAD DE LAS ACCIONES PREVENTIVAS


Asistencia. La violencia genera altos costos al sistema de salud.

Ircania Vásquez
ircania.vasquez@listindiario.com
Santo Domingo

Un domingo en la tarde, Julián Navarro llegó a la casa de su exsuegra, en una visita que parecía casual. Accedió al patio de la vivienda, se acercó a la madre se sus tres hijos y sin mediar palabras le segó la vida de varios disparos a quemarropa y luego se suicidó.

Desde entonces, doña Antonia, madre de la mujer ultimada, es responsable de la crianza de sus nietos, de tres, seis y diez años.

El hecho impactó a esa familia de muchas formas que trascienden los efectos emocionales dejados por el acto violento que terminó en una escena fatal.

A los sesenta y siete años los ingresos de Antonia son muy precarios, ya no cuenta con la ayuda económica que le ofrecía su única hija y tiene a su cargo a tres niños en edad escolar y con necesidad de asistecia psicológica, que implican altos costos.
El año pasado, doscientas familias se enfrentaron a un cuadro similar producto del alto índice de violencia contra la mujer que prevalece en el país.

El alto costo de los servicios de asistencia social

La violencia de género es una de las mayores cargas que soportan los sistemas de asistencia social en la mayoría de los países, especialmente en Latinoamérica. Sin embargo, existen pocos estudios que permitan cuantificar el impacto económico que ejerce ese flagelo sobre el Estado y las víctimas.

En República Dominicana las tres cuarta parte de las denuncias recibidas el año pasado por la Procuraduría Fiscal de la República fueron por motivos de violencia, y de esa proporción el 75% correspondió a mujeres que habían recibido algún tipo de agresión, según informó la directora del Programa de Igualdad del Ministerio de la Mujer, María Ramos.

Para determinar la influencia de violencia de género en la erosión del capital social habría que calcular los gastos institucionales en los sistemas de salud y justicia, del Ministerio de la Mujer y las organizaciones de la sociedad civil, además de cuantificar la inversión que se tiene que hacer para mantener las trece unidades de atención y procesar la cantidad de denuncias de maltrato que se reciben cada año.

Sin embargo, además de los costos en salud, justicia y prevención que representa la violencia doméstica, existe un impacto implícito en la productividad de las mujeres abusadas que disminuye a causa de los efectos físicos y psicológicos del maltrato. Esa merma en el nivel de rendimiento y el alto índice de ausentismo laboral están asociados a mayores posibilidades de pérdida de empleo y menores niveles de ingresos en la población de mujeres víctimas de violencia.

Según un estudio realizado en 1995 en Canadá, el 34% de las mujeres maltratadas y el 11% de las víctimas de abuso sexual en ese país indicaron que no podían trabajar el día después de la agresión, lo que generaba pérdidas de alrededor de siete millones de dólares canadienses por año. Asimismo, una investigación realizada por el Banco Mundial reveló que uno de cada cinco días laborables que pierden las mujeres por razones de salud es resultado de problemas relacionados con la violencia doméstica.

Gasto social.

En el país no existen registros sobre los costos que genera la violencia de género al sistema de salud y asistencia social y legal, pero el dato de que se registran aproximadamente 64,000 denuncias por ese motivo al año refleja la magnitud de los costos que genera.

Según afirma Sergia Galván, directora de la Colectiva Mujer y Salud, la violencia contra las mujeres causa mayor cantidad de víctimas que cualquier causa de control epidemiológico, salvo la mortalidad infantil.

“Aunque el Ministerio de Salud Pública no ha calificado la violencia de género como una problemática que atañe al sistema, esa es la principal puerta de entrada de los casos de violencia en el país y está asociada a embarazos de alto riesgo, partos prematuros, abortos espontáneos, niños con bajo peso al nacer y mayor posibilidad de adquirir infecciones de transmisión sexual, además de todo lo que implica en términos de daños físicos y psicológicos a la mujer”, señala Galván.

Según informó, el 25% de las mujeres en República Dominicana ha sido víctima de violencia y el 6% de las embarazadas ha recibido algún tipo de maltrato físico, psicológico o sexual, lo que implica costos altísimos para el sistema de salud.

Otras de las consecuencias de la violencia son la pérdida parcial o total del patrimonio de la mujer y la movilidad territorial, que implica cambios de domicilio y muchas veces de trabajo y centros educativos para los hijos.

¿INFLUYE LA EDAD Y EL NIVEL SOCIOECONÓMICO?

Los registros de casos de abuso de género de los últimos cinco años indican que los mayores niveles de violencia se concentran entre mujeres de 15 a 34 años. En datos preliminares de los sondeos realizados por la Colectiva Mujer y Salud, se ha determinado que en los casos de feminicidio hay una diferencia de edad promedio de nueve años entre la víctima y el perpetrador, según informó la directora de la entidad, Sergia Galván.

La directora de Programas de Igualdad del Ministerio de la Mujer, María Ramos, corrobora el dato y agrega que en los casos de violencia más extrema la diferencia de edad entre el agresor y la mujer abusada es de hasta 20 años, lo que aumenta el control y poder del victimario.

La violencia de género se ha asociado a los estratos socieconómicos más bajos y los análisis de diagnósticos demuestran un nivel mucho más alto de demanda de servicio en mujeres de sectores populares.

Sin embargo, Galván asegura que la violencia permea todas las clases sociales y considera que la diferencia se debe a la presión social que recibe la clase más alta para evitar escándalos y a las facilidades para llegar a acuerdos cuando hay intereses económicos de por medio. Además de que las víctimas asisten a los centros de atención física y psicológica privados.

Las víctimas colaterales de la agresión

La violencia doméstica tiene un impacto intergeneracional que influye directamente en el estado socio-económico de los hijos.
Algunos estudios han determinado que los niños que sufren o que son testigos de violencia doméstica tienen más probabilidades de tener bajo rendimiento escolar, y un alto índice de repitencia y deserción, además de menores niveles de ingresos en el futuro.
“Cuando los padres se separan por violencia, el agresor suele abandonar su responsabilidad sobre los hijos y la mujer lleva una mayor carga económica, que se refleja en una menor calidad de vida para ella y sus hijos”, explica la directora de la Colectiva Mujer y Salud, Sergia Galván.
Uno de los efectos que genera la violencia de género es la pérdida de vidas productivas que conlleva el traspaso de una carga económica a un tercero, generalmente a otra mujer.

Cuando una madre es asesinada por su pareja y el victimario se suicida o es encarcelado, la familia tiene que asumir la crianza de los hijos y deja de percibir los ingresos que aportaban ambos.

Según afirma Galván, en la mayoría de los casos es la madre o una hermana de la víctima quien asume la responsabilidad de los huérfanos, lo que significa un aumento en los niveles de pobreza de los niños y de la familia que los acoge.
El año pasado, al menos 200 mujeres murieron a manos de sus cónyuges en el país, lo que representa la pérdida de 400 vidas productivas, igual número de familias afectadas y una cantidad mucho mayor de niños en orfandad.
Las barreras del proceso judicial.

Una de las pricipales dificultades que enfrentan las mujeres abusadas por sus parejas o exparejas es la dificultad para acceder a los servicios legales y de asistencia psicológica por los altos costos que estos implican y la interferencia en sus actividades laborales.

A pesar de que la Procuraduría Fiscal de la República tiene trece unidades de atención en todo el país, que el Ministerio de la Mujer ofrece servicios de asesoría legal en sus oficinas provinciales y de que las organizaciones de la sociedad civil realizan labores similares, en la mayoría de los casos los gastos corren por cuenta de las víctima y sus familiares, según explica Sergia Galván, representante de la Colectiva Mujer y Salud.

“Son procesos muy largos, que implican desplazamiento, porque no hay un centro donde se concentren todos los servicios que se necesitan y que se pueda resolver en una o dos visitas. La ruta crítica tiene más de 17 pasos para llevar a cabo el proceso de justicia”, afirmó la servidora social.
En el Ministerio de la Mujer la víctima es recibida en cualquiera de las 52 oficinas de la entidad y se acompaña al lugar donde la ruta crítica demande por su condición. “Si viene agredida tiene que acudir a un centro de salud, que ayuda para pedir la condena del agresor; luego una psicóloga la evalúa, se hace una primera intervención y se refiere a otros órganos para que reciba terapia en caso de ser necesario, como el Centro de Atención para la Recuperación de Mujeres Víctimas de Violencia y las unidades de salud mental en los hospitales públicos, donde la asistencia es gratuita”, informó María Ramos.

Sin embargo, la funcionaria señala que cuando las víctimas son de escasos recursos no pueden seguir asistiendo a la Fiscalía porque eso implica ausencia laboral, costos de transporte y otros gastos colaterales. Dice que lo usual es que ponen la denuncia, a veces se logra una medida de coerción, pero no pueden ir a juicio para que haya una condena al agresor. Eso les ha costado la vida a muchas mujeres e impacta la economía de la familia que tiene que asumir la responsabilidad de los hijos.
Ramos asegura que aproximadamente el 90% de las mujeres abusadas realizan la denuncia pero de esa proporción menos del 45% recibe una sentencia satisfactoria porque el proceso se diluye tanto por la dificultad de los mecanismos procesales como por la falta de recursos de las víctimas.

Sergia Galván señala además el impacto económico que tiene la corrupción en el tratamiento de los casos de violencia de género. “Tenemos casos de mujeres que han tenido que contratar dos y tres abogados para concluir un proceso porque estos se han vendido al perpetrador”, concluyó.

Asistencia de salud y justicia

En el país no existen registros sobre los costos que genera la violencia de género al sistema de salud y asistencia social y legal, pero el dato de que se registran aproximadamente 64,000 denuncias por al año refleja la magnitud de su costo social.

Responsabilidad adicional
Cuando los padres se separan por violencia el agresor suele abandonar su responsabilidad sobre los hijos y la mujer lleva una mayor carga económica, que se refleja en una menor calidad de vida para ella y sus hijos.

COSTO DE LA SALUD MENTAL
La mujeres abusadas tienen menores índice de rendimiento académico y laboral, mayores posibilidades de perder sus empleos, de padecer depresión y cometer suicidio que las que nunca han sido maltratadas.

miércoles, febrero 08, 2012

El castigo físico tiene un efecto nocivo en los niños

Ciudadoriental.com

A veces para castigar a sus hijos, los padres les dan un coscorrón o una palmada sin pensar cómo esto puede reflejarse en su mentalidad. Pero científicos canadienses realizaron una investigación y revelaron que los niños a los que se castiga corporalmente se vuelven más agresivos y pueden sufrir problemas psíquicos.

Los doctores Joan Durrant y Ron Emson analizaron investigaciones de los últimos 20 años sobre castigos corporales y llegaron a la conclusión que "sin ninguna excepción" ello resulta en un aumento de la agresividad hacia padres, hermanos y otros niños y posteriormente a sus parejas.

Los autores del estudio afirman que el castigo corporal tiene un efecto causal directo en el comportamiento, como una respuesta reflexiva al dolor y la abyección.

Además los golpes están asociados con problemas mentales como la ansiedad, depresión y el consumo de drogas y alcohol.

Según los especialistas, la causa, es que una paliza puede afectar al cerebro y sus aéreas responsables del intelecto y aumenta la vulnerabilidad de la dependencia de las drogas y el alcohol.

Por eso antes de castigar físicamente a un niño se debe pensar en si pegarle le traerá algún provecho o deformarán irremediablemente su carácter.

Fuente actualidad.rt.com
FÁBULAS EN ALTA VOZ
El comercio de la salud

Marta Quéliz
martha.queliz@listindiario.com

No me gusta titular estas fábulas con un contenido negativo, pero la situación en el aspecto salud se ha puesto tan abominable en el país que no me queda de otra. Sin lugar a dudas, el dinero le ha ganado la batalla a la vocación de servicio. Visitar un centro de salud, tanto “público” como privado, representa una pesadilla de la cual Elaine quiso escapar por unos minutos.

Aturdida por el dolor constante que siente en sus piernas, la joven decidió transportarse a un lugar fabuloso donde pueda encontrar al menos el alivio de que la traten como un sujeto, no como un objeto. Llegó al sitio. El dolor se le apaciguó. El sólo hecho de ser recibida como debe ser la hizo sentirse mejor.

Una legión de facultativos la esperó en el centro médico adonde fue llevada. A los galenos sólo les importaba su salud. Eso de seguro médico, de depósito anticipado y de si cubre o no cubre... no entra en discusión. Conocer lo que la llevó hata la emergencia y buscar la solución a su quebranto son el norte de todo el personal que le presta atención. Puestos en marcha los recursos médicos, a Elaine la reanima el amor con que le aplican hasta el más simple medicamento.

De otro lado, una familia tranquila ora y confía en que todo saldrá bien. Sabe que la joven no sólo está en buenas manos, sino que es atendida con el respeto y consideración con que debe ser asistido todo paciente, no importa cuán leve sea su dolencia.

En esa comunidad adonde viajó la joven Elaine, la solidaridad impera por encima de todo. Nadie tiene que andar volviéndose loco porque se le quedó el carné del seguro en la casa o porque no lo tiene. La seguridad social del lugar funciona sin complicaciones.

Todos los habitantes tienen derecho a recibir atenciones médicas sin importar su clase social, su credo o inclinación política. Basta que se sienta mal de salud para recibir los servicios de cualquier centro asistencial.

Es penado prestar atención a otra cosa que no sea al paciente. Las ínfulas que tienen algunos médicos en otros países aquí no se advierten. Todos, por muy especialistas que sean, tienen el deber de atender cualquier tipo de emergencia, ya sea porque esté de servicio o porque se le requiera para atender un caso de su competencia. Precisamente en búsqueda de testificar lo que se siente con la dedicación de un médico que deja a un lado su ego y sus lauros para ponerse su bata e ir en ayuda de quien lo necesita, no importa la hora ni el lugar, Elaine se trasladó a ese lugar fabuloso, pero al regresar de su viaje, vuelve a lamentarse de la indolencia de algunos de los facultativos dominicanos, quienes, aun habiendo tratado a un paciente, no se inmutan ante el dolor que éste sigue sintiendo a pesar de haber buscado ayuda médica.

Por no dar con un problema o por nimiedades, tratan de ocultar su ineficiencia y, en algunos casos, hasta mala práctica, detrás de la fría respuesta “nos vemos en la emergencia” y nunca llegan, dejando angustiadas, desesperadas y decepcionadas a la persona enferma y a su familia. Y es que cada vez aumenta más el comercio de la salud. Para vivir lo contrario, hay que transportarse a una fábula como lo hizo Elaine, quien sufre día a día un dolor constante que sólo la misericordia de Dios podrá calmar.

martes, febrero 07, 2012

Salud emocional

¿Puede el amor enfermarte?

07/02/2012 12:00 AM - Ivelisse Santos

El amor es uno de los sentimientos más sublimes, pero cuando no es correspondido puede causar trastornos emocionales que afectan la salud

El mal amor puede conducir a la muerte debido a las enfermedades que presenta.


En la actualidad, para nadie es un secreto el papel que juegan las emociones humanas en la concepción de la salud integral, y desde luego, en el desarrollo de las enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que más del 90% de las enfermedades tienen un origen psicosomático, de hecho, las características de las personalidad, el manejo que tenemos de las emociones y la manera de lidiar con el estrés, conflictos, fracasos y frustraciones pueden potenciar o desarrollar diversas enfermedades.

Una de los estados que provocan mas enfermedades sicosomáticas es el enamoramiento. Dicen los científico que el amor es una enfermedad mental, un estado de dependencia, que sin el amor uno no puede vivir y hasta a veces provoca serios trastornos mentales que llevan a que una persona tenga un desequilibrio mental y pueda llegar a matar a otra persona o atentar contra su propia vida.

Según el médico árabe Alì ibn al-Abbas al-Magusi, quien además fue un sabio enciclopedista y un prolífico escritor, decía que el mal de amor se podía introducir entre las pesadillas y la parálisis. Para combatirlas recomienda medidas “humedecedoras” como los baños de agua dulce, montar a caballo y mucho deporte, entre otras. Sostenía que el enfermo del mal de amor debía mantenerse ocupado para que sus pensamientos se desviaran y que si así lo hacía con el tiempo olvidaría a la persona que con tanta pasión amaba.

De acuerdo con la sicóloga Aracelis Nuñez hay que tener presente que las enfermedades que vienen asociadas a una relación de pareja, siempre tienen que ver con el estrés crónico, lo que se podría definir como un desajuste del organismo, algo que con el correr del tiempo hace que el organismo se desgaste y que nuestros mecanismos de adaptación fracasen.

Núñez explica que las enfermedades más comunes se dan a nivel cardiovascular, triplicándose estas posibilidades en el caso de la mujer.

También se presentan muchos inconvenientes a nivel gastrointestinal (por ejemplo, colon irritable, lo que provoca diarreas repentinas), se puede duplicar la posibilidad de diabetes tipo 2, y a nivel cerebral puede haber daños en una zona de nuestro cerebro que tiene que ver con la memoria, el aprendizaje y la concentración. También se dan muchos trastornos del sueño o de la alimentación. Todo esto va pasando lentamente y al principio no se le atribuye a la mala relación de pareja.

“Cuando se pierde la esperanza aparece una sensación de derrota. Cuando se sabe con certeza que nada va a cambiar y no quedan fuerzas para seguir luchando aparece la enfermedad. Pero será sólo la punta del iceberg.

Por debajo de las enfermedades cardiovasculares, de hormonas que se descontrolan, de un sistema inmune que enloquece y se ataca a sí mismo, de un cerebro que no puede proteger ni a sus propias neuronas, por debajo de todo esto, está el dolor emocional, un dolor que grita en el cuerpo lo que las palabras no pueden decir. Eso es el estrés conyugal”, dice la experta.

Un dolor con causas científicas

Por más extraño que pueda parecer, científicos italianos descubrieron las razones biológicas de lo que se conoce como el “mal de amores”, un padecimiento que no contempla sexo ni edad.

Gustavo Adolfo Becquer, en el siglo XIX, expresó: “Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes a dónde va. Ya hay respuesta a tanta incertidumbre.

Al parecer, el famoso “mal de amores” tendría origen científico legitimado por el mundo de la medicina. Según un estudio científico, la causa del “mal de amores” reside en los neurotransmisores y en los genes de las personas.

Según se indicó en un informe de Ansa, el amor se va de la mano de la serotonina, una sustancia sintetizada en las neuronas serotoninérgicas en el sistema servioso central

“Cuando uno está feliz, explica Denisa Legac, profesora de la Universidad de Graz, en Austria, el amor es la cosa más bella del mundo. Pero cuando se sufre se convierte en una auténtica patología, una obsesión de la que es difícil desprenderse.

Luego de largo tiempo de análisis, el equipo de investigación aportó insospechados datos científicos para dar un abordaje “técnico” al sufrimiento por amor que, asegura, pone en riesgo la seguridad de uno y la de los otros.

Los índices analizados en la investigación demostraron que el mal de amor aumenta el riesgo de suicidios y homicidio y que el 50 por ciento de los asesinatos se produce en el ámbito conyugal y el 45 por ciento de las mujeres asesinadas son víctimas de sus parejas actuales o anteriores.

No se debe reprimir el sentimiento de tristeza
Muchas personas cometen el error de reprimir el mal de amores en vez de aceptarlo y con ello oponerse activamente contra él.

Según los expertos, a menudo esto trae consigo consecuencias más graves como síntomas psicosomáticos como dolor de cabeza y abdominal, aislamiento social, problemas en el trabajo y la escuela, incapacidad para hacer frente a la vida cotidiana y represión de la realidad, entre otros casos.