sábado, noviembre 24, 2018


Busca la paz aún cuando te resulte difícil encontrarla y que esa paz interior se refleje en tu entorno
 
Por Emilia Santos Frias


Vivir en paz cuesta hoy más que nunca, aunque alcanzarla parece fácil. La clave está en establecer límites, decir no, apartarse del ruido, de personas que no nos aportan positivismo, que drenan nuestras energías, que buscan solo su bienestar, tomándonos como alfombra o soporte. Es una lucha constante, tal como nos dice el enjundioso proverbio chino: ”El árbol quiere la paz, pero el viento no se la concede”.
En un mundo que va tan rápido, desprovisto de  sensibilidad y con pocas dosis de humanismo, es necesario aferrarnos a nuestra paz interior, buscarla, encontrarla y mantenerla dentro y fuera de nuestro organismo. Ese equilibrio es imprescindible para seguir adelante y aportar a la sociedad en que nos desenvolvemos; para no olvidar y cumplir nuestras metas. El pérfido, está al acecho para hacernos claudicar.
 
 

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”, nos dice Mateo 5:9.

El escritor británico, William Shakespeare, aseguró que allí donde el agua alcanza su mayor profundidad, es donde se mantiene más en calma. Es necesario vivir en paz,  y esta conocida también como shalom, en hebreo, hace alusión a bienestar, prosperidad, salud, y buenas relaciones de cordialidad entre las personas. A ella hago mención: paz en todos los sentidos, aún cuando en el entorno tengamos pululando la mentira, envidia,  blasfemia, personas tóxicas capaces de dañar su propia vida. Aun así, nuestra paz no es negociable! Es necesario buscarla y obtenerla, salir del aquelarre en el que está inmerso el mundo. Que nadie te perturbe o te quite la paz!

Hoy elevo una plegaria al Todopoderoso solicitando su amparo y como nos dice en Números 6: 24-26, que “El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz”, pero no olvides: no la alcanzaremos si no somos capaces de proporcionárnosla nosotros mismos.

Abrazo la 2 Tesalonicenses 3:16, para Que el Señor de paz, les conceda su paz siempre y en todas las circunstancias. El Señor sea con todos ustedes.”  Amén.

 

La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom.

Es educadora, periodista, abogada y locutora.