miércoles, julio 27, 2011

NADA MAS FUERTE QUE EL AMOR


Si falta uno no es amor

Por Wilfredo Martínez

La Información de Santiago

Ciertamente, considero que los frutos principales del amor son: la fidelidad, el respeto, el sacrificio, el perdón y el diálogo. En el fondo, son actitudes o disposiciones voluntarias que asumimos como una correspondencia necesaria y espontánea de nosotros hacia las personas que amamos.Y en la medida que así lo observamos, mayor satisfacción experimentamos.

Todo esto delata una verdad muy elemental del amor, dar y recibir, que en una dinámica continua transforma las personas involucradas.

Estos cinco frutos constituyen la respuesta, más que necesaria, obligatoria para que el amor perdure y madure. Lo contrario ocasionaría una falta de compensación en una de las partes, que en su primera etapa se tolera con mucha paciencia, considerándose que fue un desliz o una falta de sentido común de la otra persona, anidando también la esperanza de que no va a volver a pasar. En la segunda etapa, comienzan a surgir protestas suaves, que con un tono delicado y cariñoso, solicita, no exige todavía, el nivel de respuesta que implica esta amistad, noviazgo, matrimonio, comunidad o sociedad. Y en la última y tercera etapa, de no superarse la falta, surgen protestas airadas, discusiones frecuentes y expresiones ofensivas que los colocan al borde del rompimiento. Hay que evitar llegar a este nivel.

Quiérase o no el amor es una responsabilidad de todos. Es cuestión de personas que gozan de un nivel aceptable de madurez. Pues, jamás podrá vivir el verdadero amor quien no cultiva valores como: la humildad, la honestidad, la fe, la esperanza, la caridad, la responsabilidad, el saber compartir, entre otros.

Claro, no estamos hablando de alguien perfecto. Nadie es maduro ciento por ciento; esta es una tarea de toda la vida, pues, siempre hay cosas que debemos superar o mejorar. El ser humano no es una hechura acabada, es un ser por realizar y realizarse; pero a cierta edad hay valores y actitudes que denotan una visión, un proyecto de vida que no margina a Dios ni a los demás.

“…el amor de Dios y del prójimo es el primero y el mayor de los mandamientos. La Sagrada Escritura nos enseña que el amor a Dios no puede separarse del amor al prójimo…” (Gaudium et Spes, 24, Concilio Vaticano II)

El autor es Director de Radio Luz 93.7 FM
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