¿Fomenta la publicidad igualdad entre
hombres y mujeres?
Por
Emilia Santos Frías
Las,
los periodistas, comunicadores sociales y quienes hacen uso de los medios de
comunicación de masa, ya sea debido a su profesión, oficio o
representación, estamos llamados a
educar a la población; a construir
mediante la información y orientación que difundimos.
También,
tienen ese compromiso social, quienes hacen propaganda y publicidad, que tienen un fin claro: influir en los
públicos para que hagan tal o cual cosa o adopten tal o cual medida.
Mientras
la publicidad busca vender; la propaganda tiene como objetivo adoctrinar. En
consecuencia ambas, si así lo quieren, pueden fomentar igualdad entre hombres y
mujeres.
La
calidad de los mensajes en la publicidad y propaganda pueden fortalecerse, si
quienes lo elaboran respetan los derechos inherentes de los seres humanos. Si
lo conocen y mediante su trabajo contribuyen a su ejercicio.
Particularmente,
el uso y abuso de la figura del cuerpo de la mujer en imágenes, a través de los
medios de información, no sólo constituye una actitud ofensiva y desagradable, sino, que puede ser asumido como normal y positivo,
cuando es lo contrario. Sobre todo, afecta la salud mental del ser humano.
Por
lo tanto, muchas voces han clamado en busca de solución; desde la academia;
líderes y grupos sociales, pero nada ha pasado. Un ejemplo: hace seis años el
Diputado por la provincia Santo Domingo, Néstor Julio Cruz Pichardo, elaboró y
sometió a la Cámara de Diputados, el proyecto de ley que regula el uso de la
Imagen de la Mujer en la Televisión, aun esperamos su aprobación y aplicación.
La
situación es similar en otros países. Hasta ahora, las imágenes sexistas
permean el contenido de los medios de comunicación, pero con una relación distinta
entre la imagen y la realidad, así lo afirma la investigadora y periodista mexicana
Sara Lovera.
Mientras,
Isabel Moya Richard, periodista Cubana, indica que los medios de comunicación
tratan la violencia hacia la mujer por
motivo de género, como un show mediático, cargado de morbo y detalles de
crónica roja, presentado los feminicidios como algo invencible y propio de una
relación amorosa, cuando sabemos que no es así.
Ayer
14 de septiembre, conmemoramos el Día de la Imagen de la Mujer en los Medios de
Comunicación. La historia es la misma desde hace siglos: un uso de la mujer,
reduciéndola a hembra en celo y apelando a instintos primarios de la audiencia,
para vender bebidas alcohólicas, autos,
perfumes, electrodomésticos, entre otros.
Imágenes que niega a la mujer en su esencia
humana y potencia, sólo lo biológico,
plantea Isabel Moya Richard en su obra “El Sexo de los Ángeles”.
“Esta
publicidad presenta a la hembra, siempre disponible al deseo y con este mensaje
legitima la posesión masculina, convirtiendo esta violencia contra la mujer en
un grave problema, adicionándole discriminación y desigualdad”.
Diariamente
se emite a través de los medios de
información, mensajes que indican una clara subordinación de la mujer; cargados
de un lenguaje sexista y uso discriminatorio de la lengua.
Repetimos
esa cultura patriarcal que ignora lo femenino. En consecuencia, fruto de ese
error, se valida la falta de garantía de derechos en nuestra sociedad, es
decir, la injusticia.
Es
hora de hacer propaganda, publicidad y periodismo incluyente, no sexista,
plural y responsables, como dice Isabel
Moya Richard, citando a Dulce María Loynaz.
En
conclusión, las imágenes enviadas desde
los medios de comunicación de masa, cumplen la función de conformar y asegurar
la identidad de las personas. Tal como señaló Jürgen Habermas, entonces, ¿qué ocurre cuando esas imágenes son engañosas,
sexistas y privan al ser humano de disfrutar cada etapa de su vida?.
Martin
Serrano, aseguró que a la publicidad le interesa más lo que permanece en la
sociedad que lo que en ella cambia. Más claro no canta un gallo, el que tenga
oídos que oiga y el que tenga ojos que lea. Ella hace un uso violento de la
imagen del cuerpo de la mujer, por tanto, no promueve igualdad y justicia
social, y eso tiene que cambiar, si queremos una sociedad sana.
La
autora es Educadora, Periodista y Abogada.