Hace falta pacificadores sociales ¿te
animas?
Por Emilia Santos Frías
Cuando
analizo el nivel de violencia que exhiben algunas personas, hasta en el trato
familiar; servicio al cliente; relaciones interpersonales y laborales, a mi
mente llega la figura del afable amigo Ramón Paulino; persona con don de gente,
como diríamos en buen dominicano, un pacifista natural.
Esta
dificultad, posiblemente se debe a la industrialización; vida rápida;
pluriempleo; consumismo; carencias en necesidades básicas y educativas. Con
ellas, hemos olvidado exhibir normas de urbanidad hacia nuestros semejantes. En cambio, evidenciamos atropellos adrede o por torpeza.
La
amabilidad parece estar de vacaciones y el respeto, dormido en un sueño
profundo.
¡Necesitamos
más personas de trato afable!. Ante niveles de ausencia, me uno al grito de batalla de Miguelina Zabala:
¡Necesitamos pacifistas sociales!, pues, siendo justamente eso: una persona pacifista,
aportamos salud mental, emocional y paz, a nuestra sociedad.
Sin
dudas, ¡La República Dominicana, necesita más pacifistas urbanos!; personas alfabetizadas racionalmente;
poseedoras de una higiene emocional; enfocada; positiva; garantes de paz; capaces
de dar y entregar lo mejor de sí, como forma de contribuir al cambio en su
entorno y sus semejantes.
Seres
capaces de accionar su inteligencia emocional, agradecer, por lo que poseen; asumir
responsabilidades, en vez de evadirlas; y comprometerse con causas comunes.
Tal
como afirmó Miguelina Zabala, durante el curso: “Coaching Herramientas para el
Cambio”, es necesario que trabajemos en el fortalecimiento de nuestras
responsabilidades, conciencia y acción.
“Necesitamos
personas con musculatura interior; trabajada mediante aeróbicos mentales. Que
contagian a las demás con emociones positivas”.
Así
como lo hicieron recientemente grupos de jóvenes que abrazaban personas en las
calles de Santo Domingo y Santiago. Con su acción, simple, natural y desprendida,
nos invitan emprender el viaje hacia donde queremos llegar en cuanto al cambio
de hábitos que estamos exhibiendo.
Lograr
ese contagio de emociones positivas, con la finalidad de alcanzar relaciones sanas,
es lo ideal.
Olvidémonos
de los resentidos del triunfo ajeno, como les llamó Yaqui Núñez Del Risco.
Necesitamos vivir en ambientes saludables, permeados de mejores estilos de vida
y urbanidad, pues “quien acepta la derrota es lo único que tendrá”.
Es
necesario sentir, entender, responder, compartir. Valorar, cambiar actitud;
ocuparnos y comprometernos.
Walt
Disney dijo: “si lo puedes creer, lo puedes lograr” y Nelson Mandela fue
enfático al afirmar que:”Cuando dejamos que nuestra luz brille, también
permitimos a los demás hacer lo mismo”.
¡Te
animas a ser un (a) pacifista de nuestra sociedad!.
Sabemos
que asumiste el desafío. Bienvenida (o), a trabajar nuestros valores y
creencias, para identificar barreras; conscientes de que no hemos llegado,
pero, viajamos en ese proceso de revisión de la vida, teniendo como meta el
éxito.
La autora es Educadora,
Periodista, Abogada y Locutora.