Los prejuicios sociales excluyen enfermos mentales de disfrutar derechos
humanos
Por
Emilia Santos Frías
Líbranos
Dios de perder la salud mental!, porque quien
no goza de ella, están expuestos a vulneración de todos sus derechos. El
maltrato inicia con el estigma y la desprotección.
¿Quién
no tiene un enfermo mental en su familia?, aunque lo ocultemos, y le privemos de derechos tan fundamentales como el
libre tránsito, claro supervisados; expresarse y recibir amor.
En
toda familia hay uno o una enferma mental. Lo quiera usted o no. Está en
nosotros como lo que somos: familia, junto al Estado, garantizarle sus derechos,
esa es también nuestra responsabilidad, ¡es sangre de nuestra sangre!, pero
sobre todo no es una cosa, es un ser humano.
Nada
ganamos con ocultarle y maltratarle, “no hay nada oculto debajo del sol”, eso
es inhumano y está penalizado. A la persona enferma mental, le violentamos
hasta su derecho a la dignidad. Tal como dice el director de Salud Mental, del Ministerio
de Salud Pública, doctor José Mieses Michell, cuando vulneramos un derecho, se
violentan todos los demás.
Ella es Altagracia (Neguìn), mi hermana con trastornos mentales, y asì la quiero. Mi hija y yo le damos cariño. Eso hay que inculcarle a las y los menores de edad: amar a su familia, cuidarla y respetarla.
Hoy 10 de octubre conmemoramos el Día Mundial de
la Salud Mental, con nuestras calles llenan de personas carentes de salud
mental, sin dolientes; deambulando sin rumbo fijo, un reflejo perfecto del poco
acceso que tienen a un derecho tan esencial como el derecho a la salud. Lamentablemente
la Ley 12-96, es otra normativa interfecta.
No olvidamos que cualquier persona puede padecer
esta enfermedad, pues, no tiene seres exclusivos, edad, etnia, filosofía de vida, ni ataca de acuerdo
al estrato social. Mucha gente padece de ansiedad y depresión.
De acuerdo al psiquiatra César Mella por cada mil
habitantes 0.1 a 0.5 por ciento tenemos chance de volvernos “loco”, estigma con que designa la
gente a la esquizofrenia.
Sólo
en América Latina el 4 por ciento de la población
adulta está afectada por enfermedad mental. En los países desarrollados entre
un 0.5 por ciento y el 2.5 por ciento. En nuestro país de acuerdo al doctor
Mieses Michell, el 10 por ciento de la población sufre algún trastorno mental,
pero con tratamiento y cuidados, pueden disfrutar y ejercer derechos tan vitales
como trabajar.
En
su libro “De Psiquiatría y Otras Cosas”, César Mella Mejías, indica que más de
400 millones de personas padecen de trastornos mentales y muchas de ellas
sufren en silencio, otras a solas.
El
reconocido psiquiatra, cita a la ex representante de la Organización Panamericana
de la Salud en República Dominicana, doctora Socorro Gross, cuando dijo “hay que conocer los problemas de
salud mental, a la que hay que hacer frente”; quizás esto es lo que hace falta
en nuestro país, afrontar la problemática, crear mecanismos serios, reales y
realizables, que no queden sólo en papel como ocurre en muchas de las problemáticas
que exhibimos como país.
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