jueves, octubre 10, 2013

Los prejuicios sociales excluyen enfermos mentales de disfrutar derechos humanos
Por Emilia Santos Frías

Líbranos Dios de perder la salud mental!,  porque quien no goza de ella, están expuestos a vulneración de todos sus derechos. El maltrato inicia con el estigma y la desprotección.

¿Quién no tiene un enfermo mental en su familia?, aunque lo ocultemos, y le  privemos de derechos tan fundamentales como el libre tránsito, claro supervisados; expresarse y recibir amor.

En toda familia hay uno o una enferma mental. Lo quiera usted o no. Está en nosotros como lo que somos: familia, junto al Estado, garantizarle sus derechos, esa es también nuestra responsabilidad, ¡es sangre de nuestra sangre!, pero sobre todo no es una cosa, es un ser humano.

Nada ganamos con ocultarle y maltratarle, “no hay nada oculto debajo del sol”, eso es inhumano y está penalizado. A la persona enferma mental, le violentamos hasta su derecho a la dignidad. Tal como dice el director de Salud Mental, del Ministerio de Salud Pública, doctor José Mieses Michell, cuando vulneramos un derecho, se violentan todos los demás.


Ella es Altagracia (Neguìn), mi hermana con trastornos mentales,  y asì la quiero. Mi hija y yo le damos cariño. Eso hay que inculcarle a las y los menores de edad: amar a su familia, cuidarla y respetarla.

Hoy  10 de octubre conmemoramos el Día Mundial de la Salud Mental, con nuestras calles llenan de personas carentes de salud mental, sin dolientes; deambulando sin rumbo fijo, un reflejo perfecto del poco acceso que tienen a un derecho tan esencial como el derecho a la salud. Lamentablemente la Ley 12-96, es otra normativa interfecta.

No olvidamos que cualquier persona puede padecer esta enfermedad, pues, no tiene seres exclusivos, edad,  etnia, filosofía de vida, ni ataca de acuerdo al estrato social. Mucha gente padece de ansiedad y depresión.

De acuerdo al psiquiatra César Mella por cada mil habitantes 0.1 a 0.5 por ciento tenemos chance de  volvernos “loco”, estigma con que designa la gente a la esquizofrenia.

Sólo en América Latina el 4 por ciento  de la población adulta está afectada por enfermedad mental. En los países desarrollados entre un 0.5 por ciento y el 2.5 por ciento. En nuestro país de acuerdo al doctor Mieses Michell, el 10 por ciento de la población sufre algún trastorno mental, pero con tratamiento y cuidados, pueden disfrutar y ejercer derechos tan vitales como trabajar.

En su libro “De Psiquiatría y Otras Cosas”, César Mella Mejías, indica que más de 400 millones de personas padecen de trastornos mentales y muchas de ellas sufren en silencio, otras a solas.

El reconocido psiquiatra, cita a la ex representante de la Organización Panamericana de la Salud en República Dominicana, doctora Socorro Gross,  cuando dijo “hay que conocer los problemas de salud mental, a la que hay que hacer frente”; quizás esto es lo que hace falta en nuestro país, afrontar la problemática, crear mecanismos serios, reales y realizables, que no queden sólo en papel como ocurre en muchas de las problemáticas que exhibimos como país.



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