viernes, noviembre 15, 2013

Hace falta seguridad vial y prevención de riesgos
Hoy Día Nacional del Chòfer pido prudencia y garantía de vida humana

Por Emilia Santos Frías


Hoy quiero hacer un reconocimiento a las y los chóferes prudentes de la República Dominicana. Este 15 de noviembre, celebramos su día, pero mi loa, es sólo para aquellas y aquellos  que conducen a favor de la vida!. Mi repudio a las conductoras temerarias y a los conductores temerarios, faltos de normas de urbanidad y cortesía, capaces de apagar vidas.

Es penoso recordarle un día como hoy, que significa júbilo para el chófer, que la vida humana no debe ser violentada, tal como dice el Artículo 1382 del Código Civil de la República Dominicana: cualquier hecho del hombre y de la mujer, que cause a otra persona un daño, obliga a aquél por cuya culpa  sucedió a repararlo. Sin embargo, la vida no se repara, luego que se apaga.

En la misma forma, los Artículos 1383 y 1384 el Código Penal Dominicano, expresan, que cada cual es responsable  del perjuicio que ha causado, no  solamente por un hecho suyo, sino también, por su negligencia o su imprudencia, además del que cause la persona de quien se debe responder o las cosas que están bajo nuestro cuidado.

¡Cuánta negligencia e imprudencia comete el chófer dominicano!,. Cada día en mi país, antes de conducir, primero hay que encomendarse a Dios. ¡Cuánta violencia e inobservancia de las normas  aflora en la conductora y el conductor dominicana, mientras guía su vehículo, no importa la hora, el día o la noche!. Los correctivos, siguen siendo débiles.
De acuerdo con la doctrina, un chófer es la persona en y con capacidad  para conducir un vehículo que transporta gente y mercancía, apegado a normas de cortesía y seguridad que garanticen la vida de quienes abordar el  vehículo. La Ley 241, de Tránsito de Vehículo de Motor, señala en sus Artículos 29 y 186, que sólo las personas autorizadas y capacitadas, pueden conducir en las vías públicas. Lo que ocurre en la realidad es cuestionable.

La prisa y torpeza está robando vida.

Sólo en asistencia a accidentados de tránsito se gasta anualmente el 2.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país. Así lo confirmó el Estudio realizado recientemente, por el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS). Esa misma investigación arrojo como resultado, que el problema de la seguridad vial de nuestro país es enorme, pues “ el sector presenta además de graves problemas, un incremento en el parque vehicular, carencia en las medidas de prevención, el enorme parque de motocicletas,  que tiene una alta incidencia en los accidentes y la falta de respeto a las normas viales”. Dicho esto, sálvese quien pueda!.

De acuerdo a declaraciones recientes del director de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), general Juan Gerónimo Brown Pérez,  al año mil 500 personas mueren y unas tres mil son lesionadas por accidente de tránsito, A muchas de ellas le son amputadas parte del cuerpo, pasando a ser personas con discapacidad.

En la misma forma, Jorge Rueda, citando la Organización Mundial de la Salud (OMS), cataloga los accidentes de tránsito como “una epidemia difícil de controlar por la secuela que dejan en millones de familia en todo el mundo, lo que le convierte en un problema de salud pública que s ele salió de la mano a los gobiernos, autoridades y ciudadanos y no parece haber salida”. OMS sitúa las muertes por accidente de tránsito en un octavo lugar a nivel mundial.

Mientras que, la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), destaca en su Estudio de julio de 2013, afirma que el 33.86 por ciento de las muertes en República Dominicana son por accidentes de tránsito, y concluye diciendo que hay alto índice de intolerancia y violencia en el país que se evidencian en la imprudencia al manejar vehículos de motor. ¿Qué hacemos, como aportamos a eliminar esta problemática?

En consecuencia, los accidentes de tránsito dejan secuelas en quienes sobre viven, por pequeño que este haya sido, a veces le impide a las personas relacionarse y continuar su vida normal. A decir de la psicóloga María Isoba “siempre aparecerá en los protagonistas, el temor a que vuelva a suceder”.

La verdad adolecemos de tanto, se nos hace tan difícil practicar hasta el amor hacia los demás; las carencias educativas fluyen y son exhibidas como trofeos, mientras con esa conducta sólo eliminamos el más preciado de los dones: la vida; una vida que debe ser vivida en salud física, mental, emocional y social. Animemos hoy Día Nacional del Chòfer, cambiemos esa conducta, conduce con prudencia. Hagamos una mejor sociedad, para vivirla garantizando derechos.


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