viernes, junio 16, 2017
martes, abril 18, 2017
Un baño de urbanidad
Semana Santa 2017 intercambio de cortesía
en Puerto Rico
Por Emilia Santos Frías
Lo que inició como un viaje
de descanso, que en esencia lo fue, se convirtió además, en plataforma de
aprendizaje, fruto de la convivencia con
habitantes del menor de los países de Las Antillas Mayores, Puerto Rico.
Arribamos a tierra borinqueña durante el feriado por la Semana Santa o
Semana Mayor, desde la salida vía Santo
Domingo-San Juan, junto a mi hija Emely, ambas apreciamos la calidez y buen trato de las personas.
Ese ejercicio de relaciones
humanas a veces no se percibe y se
extraña. Debo confesar que viví la Fiesta Pascual, acariciada por el buen uso
de normas de urbanidad y eso me impacto bastante.
En mi amada República
Dominicana, su ejercicio está casi en desuso, lo que acarrea no solo disgusto,
violencia, incultura, también, un grotesco legado para nuestra descendencia,
aun cuando sabemos que estos valores deben cultivarse en la familia, en el hogar,
porque la academia no está obligada a ofrecerlos, como bien ha recalcado José (Pepe) Mujica, pasado presidente de Uruguay.
En nuestra convivencia
diaria, así como en el acceso a servicios, sufrimos los dislates de quienes
trabajan en atención al cliente. Agradezco al amigo Alberto Pérez, por en broma
y en serio asignarme contar las vivencias obtenidas en esta Semana Mayor. Por hacerme
redactar esta: “crónica por encargo”, con ella puedo resaltar qué vi en
diferentes personas con las que compartí, entre ellas gestores de servicio y transeúntes de varios municipios, un ejercicio
natural de valores universales, esos que quizás fruto de la vida tan dinámica
que vivimos, hemos dejado de practicar.
Observé que no toman como
excusa la situación económica que vive ese Estado, para ser descortés. Ella no
les impide ejercitar la normas de urbanidad, y esa acción positiva
me remontó a la niñez cuando vivía en tierra cibaeña, durante la década dorada, cuando todas y todos
saludábamos, sonreíamos. Cuando la gente decía por favor, gracias y pedíamos
permiso…
Lo que indico es difícil de
entender en este bien llamado Siglo de la Informaciòn, donde pese al desarrollo
de los medios de comunicaciòn masiva, la
comunicaciòn cara a cara, esa que era
tan rica, ya no es efectiva.
Y no fui la única con esa
impresión. Mi amada hija Emely, compañera de viajes, calificó como interesante y reparador esta corta
escapada. Dice que nos renovamos de energía positiva, sentimiento
de felicidad y cercanía. Eso fue también lo que recibimos.
A ese juicio no tengo más
que agregar. Es maravilloso ver que una jovencita pondere a quienes exhiben
buenos modales, a quienes se preocupan por el prójimo, le importa o contribuyen
a su bienestar.
Y sin sonar como una canción
de Wason Brazoban, Emely dice que obtuvimos paz. Yo la sentí desde que ideamos
la escapa. Nos propusimos abrazarla y así fue. Vivimos el sentido cristiano de
esta fecha, porque compartimos con nuestros semejantes, dejando todo afán o
perturbación fuera, para vivir la anhelada paz del asueto. En esa quietud se
manifestó el Dios que amamos y en ella hubo mucha reflexión.
Casi siempre que salimos de
nuestro país, aun en viajes cortos como este, se tiene tiempo para meditar;
comparar problemáticas, hacer símil, incorporar nuevas culturas y afianzar
filosofía de vida o nuestra verdad. En este corto tiempo pude ejercitar
derechos culturales, disfrutar distintos lugares emblemáticos, históricos, como
las iglesias San Juan y San Mateo; observar
el Museo de Arte, recorrer El Viejo San Juan; playa y laguna del
Condado; sitios de tertulias; participar en agradables conversaciones, saborear
la sabrosa gastronomía dominico–puertorriqueña y visitar
centros comerciales, una cita obligada para nosotras las mujeres.
El Viernes Santo fue como en
casa, porque luego de compartir con los esposos Claudio y Mayra, además de
degustar la rica comida que nos ofrecieron, recorrimos San Juan y la zona
histórica; los principales monumentos, entre ellos uno construido en
memoria de los soldados caídos; La
Fortaleza o Palacio de Santa Catalina, donde vive el actual Gobernador, la que también posee el Castillo
San Felipe del Morro, el Fuerte San Cristóbal y el Fortín de San Gerónimo. Caminamos por el
Paseo de la Princesa, sumamente visitado por residentes y extranjeros, según
nos contaron nuestros amigos, grandes anfitriones y embajadores naturales.
El sábado Santo vivimos la belleza de Playita del Condado, donde
interactuamos con una pareja de esposos de mediana edad, oriundos de Colombia, extranjeros
afables que buscaban como nosotras, oxigenar sus mentes y pulmones fuera de la
rutina.
Seguíamos aprobando ciertos
valores de los puertorriqueños,
meritorio resaltar el respeto que tienen
hacia los animales, entre ellos mamíferos, aves, reptiles, anfibio,
entre otros. Los cuervos, malqueridos en nuestra nación, allá junto a la iguana verde o gallina de palo y el coquí, son
venerados. Sin dudas, es una población amigable con esas especies.
Otra conducta a emular es el
respeto a las normas de tránsito, la educación vial. Reina gran orden al
conducir, aunque me recordaron que la gente sabe disciplinarse cuando las leyes
son aplicadas con rigor y sus penalidades para quienes las vulneran son
drásticas. Un certero dicho.
De regreso a mi amado
terruño, mientras volaba entre nubes blancas que danzaban con el cielo azul, gracias
al maravilloso fenómeno de dispersión de
Rayleigh, influenciada por ese hermoso
espectáculo, también me dejé seducir por el libro que puso en mis manos, el apreciado amigo Claudio. Este lo recibí tan
pronto mis pies tocaron suelo de Puerto Rico; opera prima de Pilar Sinquemani:
“La Casa del Trabajador”. Debo confesar
que desde que inicié su lectura,
confirmé lo ya expresado por mi amigo. Es un libro fascinante desde la portada,
con una historia tan bien contada, que el enganche es inmediato.
Este domingo de Pascua de
Resurrección, arribamos ante un cielo que anunciaban lluvia, que se dejó sentir al caer la tarde. Ella bendijo
nuestra llegada como lo hizo hace dìas, cuando llegamos a San Juan. Coincidencia
o no, su presencia indica bendición y la recibimos confiadas en que nos
acompañará en cada acción que emprendamos, individual o colectiva y nos
impulsará para ofrecer bienaventuranza en todo nuestro entorno. Sin dudas fue un
viaje reparador.
martes, septiembre 20, 2016
No señores senadores y señoras
senadoras
Emilia
Santos F.
La
realidad nos indica que en nuestro país no existe equidad, o la carencia de
ella, es demasiado grande. Esa es la verdad. Las acciones inoportunas y
abusivas de algunos funcionarios lo confirman. Muchos de ellos se diluyen; se dedican a todos, menos a realizar acciones propias
del cargo que poseen o que le indica su investidura. Van más al Estado a
servirse que a servir.
¿Cómo
es posible que sea realidad el descomunal aumento salarial de los senadores y las senadoras de República
Dominicana, ante la tasa de desempleo y bajos sueldos, que exhibe nuestro país?.
¿Conoce
usted a cuánto asciende el salario mínimo actualmente?.
Para
su sorpresa se encontrará con varios tipos y cantidades, pero todos ínfimos. Son
demasiado exiguos, pero sólo para
quienes hacen verdadera patria: maestros-as, profesores-as; militares;
profesionales de todas las áreas y con múltiples competencias. Eso sí, se le
exige buena; muy buena y optima formación académica.
¿Y
qué decir de la mísera pensión que reciben quienes dieron toda una vida al servicio
laboral, versus, las pensiones exorbitantes de quienes duran cuatro años en
puestos gerenciales, en el sector público, y al final de ese breve tiempo,
reciben una pensión que le permite exhibir beneficios millonarios?.
¡Esa
medida es un bochorno a la nación!. Bien dijo Talleyrand: ”la democracia no
puede subsistir donde los seres humanos, adquieren hábitos de los esclavos; que
no pronuncian más palabras que aquellas que no le acarrean peligro
alguno”. El pueblo dominicano, no está
dormido; está cansado de ser abusado, de que se vulnere su ejercicio de
ciudadanía.
Este
aumento inicuo, ha sido repudiado, pero fue operativizado contra todas y todos.
Una vez más, el poder nos venció.
Sólo
nos queda exhortar a nuestros funcionarios, recordar a Licurgo: “el pueblo no obedece las leyes sino la
obedecen los magistrados”. Decisiones inmoderadas solo traen clamor y crujir de
dientes.
En
un país donde el primer empleo es tan difícil para la juventud, a quienes piden
“experiencia”; ¡qué burla!. Por otro lado, trabajadores enfermos o no, pero que
califican para pensiones, demanda durante años, les sean concedidas y solo
encuentran silencio. No, señores senadores, su aumento es más que improcedente.
Es grosero; desigual; inequitativo, para el trabajo que ustedes realizan!. Deberían hacer públicamente un mea culpa.
¡Quizás,
la moda es igualar su sueldo al de sus homólogos de los países de la región!. ¡Qué
cultura política nos gastamos!
Ese
aumento no es oportuno, cuando nuestros policías, profesores, personal de salud,
vigilantes, obtienen salarios tan bajos. No primó la prudencia ni de la
saliente, al proponerlo, ni de la entrante gestión del senado al aplicarlo.
Pero
como gente buena, que quiere aportar al desarrollo social; nuestras
universidades siguen copadas de estudiantes, ¡qué bueno!”. Pero saldrán a devengar
como profesionales, salarios de hambre. Mientras, nuestros legisladores se
aumentan 70 mil pesos de un golpe, que le lleva a sus cuentas cada mes, la
descomunal suma de 320 mil pesos, hasta nuevo aviso. ¡Así no se hace patria!.
Esperamos
que ese aumento les haga más productivos. Si bien es cierto que tenemos muchas leyes, hace falta muchas
otras, y hacer las ya existentes, operativas, no letras muertas. Así como, ser
más responsable y hacer más transparente las demás funciones sobres sus
hombros.
Parece
que el trabajo dejó de ser un deber, un derecho y una funciòn social, como dice
la Constitución Dominicana.
Ese
aumento no es racional, es arbitrario. Sus beneficiarios gozan además del
enorme sueldo, de exoneraciones, viáticos, cobertura de gastos múltiples, más
dinero en efectivo; asesores de imagen, armas…la lista de privilegios es larga.
Al tiempo que esto ocurre, las personas trabajadoras: las pobres del sector
público, tienen ocho años sin obtener un digno aumento. La diferencia salarial
comparada con la de estos señores y señoras legisladores es abismal.
El
gran Seneca, nos enseñó que “el primer
grado de la riqueza, es tener lo preciso, el segundo, lo que basta. Pero como ya sabemos, algunas personas nunca
se sacian.
Mientras
eso ocurre, un médico devenga un salario de 32 mil pesos; un fiscal, 18 mil
pesos, por solo citar dos casos. El salario mínimo no llega a 15 mil pesos, al
tiempo que, la pensión de un trabajador pobre; parece que esa es la categoría
ahora, asciende a cinco mil 117 pesos, para una canasta familiar de bienes y
servicios que ronda los 28 mil pesos. Esto indica que, en este país, las y los
profesionales, mal comen. Como es bien sabido, “el mal comío no piensa”. ¡Será
eso lo que buscan!.
Y
no conformes con tanto drama; problemáticas y las necesidades que el pueblo
dominicano soporta, muy cansado ya, nuestros señores y nuestras señoras del
senado, no quisieron quedarse atrás y para darnos otra dosis de su poder,
abrazaron a Mike Todd, cuando dijo: “la vida es como la política, nosotros
producimos nuestro propio espectáculo”. Pero de esa forma, sin dudas, nunca
conseguirán ovación.
Como
dominicana de pura cepa, espero que mi pueblo; el humilde, pacífico y admirable
pueblo dominicano, perdone esta nueva inequidad de nuestros legisladores. Abrazo
la recomendación de Pitágoras: “Consuélate en soportar injusticias: la
verdadera desgracia consiste en comértelas”.
Y me acojo al Salmo 32:”Bienaventurados
aquellos, cuyas inequidades son perdonadas”. También, aspiro, que podamos
perdonarla y en colectividad transitar hacia la justicia social. ¡Que así sea!
La
autora es Educadora, periodista, abogada y locutora.
domingo, agosto 21, 2016
Redes sociales vs libertinaje social
Emilia
Santos Frias.
Ante
el constante uso y abuso que dan algunas personas a nuestras libertades, específicamente,
a través de los medios de electrónicos. Violaciones
a derechos fundamentales; constatados en testimonios de personas cercanas;
monitoreo personal y toda la información
negativa que recibimos cada día, he analizado varias tesis: se debe a la forma folclórica
conque, la población dominicana toma todo; inobservancia de las leyes o a la gran
ignorancia educativa.
El
morbo; la burla, es constante en las
redes sociales. Y ese no es el uso correcto. Ellas han venido a optimizar la
aldea global que citó Marshall Mcluhan, en su libro “Guerra y Paz”.
El
autor habló de aldea global, para describir las consecuencias
socioculturales de la comunicación, inmediata y mundial, mediante todo tipo de
información. Ese cambio producido por la radio, el cine y la televisión; medios
de comunicación audiovisual; teléfono, la fotografía, la reproducción y
grabación de sonido. Así como por la prensa gráfica; el procesamiento digital…,
que difunden imágenes y sonidos de cualquier lugar y momento. Y ocupan un
espacio cada vez más importante en el hogar y la vida cotidiana. Una aldea que en
vez de dividir, uniría a ese ciudadano heterogéneo, diseminado en todo el
mundo.
Por
lo que, considero que, abrazar los
avances tecnológicos para hacer el bien, mediante la difusión de noticias
positivas; que eduque; oriente; contribuya a la prevención de problemáticas; incluso,
para acercar más a nivel personal a nuestros semejantes, haríamos un gran
aporte ala sociedad en que vivimos.
Hay inobservancia, desconocimiento de las reglas
Si
se enseñara desde la educación básica, valores universales, deberes y derechos,
hoy contaríamos otra historia.
En
la generalidad se está haciendo mal uso de las redes sociales, no hay duda de
eso. Y mediante ellas, se comete crímenes y delitos informáticos; penalizados
en nuestro país mediante la Ley 53-07. Los casos son tan abundantes como
variados en la temática que se comete violación, pero todos afectan derechos
fundamentales. La lista es grande y sigue aumentando ante las caras de nuestras
autoridades llamadas a poner correctivos oportunos y sentar precedente; cortar
de raíz su proliferación.
La
exposición de menores de edad víctimas de crímenes abominables; invasión a
privacidad; violación a la moral, dignidad, vida privada; correspondencia;
atentado sexual, desinformación, rumor tendencioso …
Es
penoso, pero hasta profesionales del Periodismo, cometen esas violaciones. A
nadie le luce y menos a nosotros-as. Al ser el este un servicio de interés
social y la información un bien común, tal como dice nuestro Código de Ética,
es nuestro deber reconocer y defender el derecho universal de las personas, a
informar y ser debidamente informadas.
De
igual forma, luchar por el libre acceso a las fuentes públicas y privadas de información,
para comunicar e interpretar los hechos con objetividad, veracidad y exactitud.
Al tiempo que, respeta y defiende el derecho de las comunidades nacionales,
raciales, religiosas, y políticas a la integración y desarrollo total del país.
Asimismo, propugnar la igualdad, la justicia
social y el bienestar para todos. Velando, porque el público tenga acceso a una
información fidedigna de los hechos, manejados objetiva e imparcialmente. Por
lo que, verificará y comprobará la información con precisión y claridad antes
de divulgarla.
Es
un compromiso, promover la educación, la cultura y la ciencia. Defender la
dignidad humana, la convivencia social y los valores esenciales de las
comunidades. Denunciará las acciones que atenten contra las personas y
protegerá la salud mental y la moral colectiva, desechando la pornografía, la
vulgaridad, la violencia y otros actos
sensacionalistas y degradantes en los medios de comunicación social. Por eso no
nos luce hacer mal uso de las redes sociales.
Hacer
lo contrario es cometer delito, actos violatorios a la ética profesional, Carta
Magna, Ley 61-32 de Expresión y Difusión del Pensamiento, entre otras
normativas especiales. Me refiero por ejemplo a: ocultar informaciones de
interés colectivo; utilizar documentos falsos o de procedencia desconocida;
participar en violaciones a los derechos humanos; la desinformación premeditada
y la difusión de rumores.
Igualmente,
irrespeto a la propiedad intelectual o el plagio; soborno, la extorsión o el
cohecho; difamación y la injuria; inmiscuirse en la vida íntima de las
personas, salvo en casos de que se violente el orden público o se trate de
hechos noticiosos de interés, entre otros. Esa situación hace que cuestionemos.
¿Es la prensa un caballero errante o un gran
dragón?.
Es
difícil aceptar lo uno o lo otro. Quizás es preciso recodar aquellos aforismos
aprendidos en las aulas: “Dura lex, sed lex”, lo que significa que dura es la
ley, pero es la ley y debe ser cumplida por dura que parezca, incluso por los gobernantes.
Por lo tanto, su incumplimiento, conlleva sanción.
Otra
máxima nos recuerda que la ley se reputa conocida para todos; desconocerla no
es excusa: “ignorantia iuris non excusat". Mucha gente toma el
desconocimiento como pretexto. Pero, nos enseñaron que la ignorancia de la ley
no sirve de excusa y, rige hacia el futuro, porque regula hechos que ocurren a
partir de su publicación. Es bueno que las personas dadas a hacer y deshacer,
mediante los medios electrónicos, no olviden este punto.
El
compromiso asumido como periodista es tan grande; sacrificamos en ocasiones, de
ser posible, nuestra propia seguridad, para proteger a la ciudadanía.
Sin
dudas las redes sociales han acercado familias; han puesto en contacto mucha
gente que hace años no se reencontraba. Y mediante ella, hasta han surgido
grandes amores, pero, su auge ha permitido a gran escala, mayor exposición a
nivel de masas; por ende, mayores niveles de violación a la privacidad. Por lo
que, es necesario buscar medidas contundente, que impidan siga aconteciendo. Esto no es exclusivo de la República Dominicana.
El fenómeno se da en todo el mundo.
Es oportuno reiterar
que, la Ley 53-07 sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, es enfática; y al igual que la Constitución de la República
Dominicana de 2010, protege derechos y deberes fundamentales de las personas
ciudadanas, entre los que se encuentra la libertad de expresión, integridad e
inviolabilidad de la correspondencia y demás documentos privados. Así como, la
Ley General de las Telecomunicaciones, 153-98, que establece la obligación de
respetar la inviolabilidad de las telecomunicaciones. Al tiempo que, prohíbe el uso de las telecomunicaciones para cometer
delitos o entorpecer la acción de la justicia.
Esta misma ley que
prevé que el desarrollo de las tecnologías de la información y de la
comunicación, afirma que justo ese desarrollo, favorece la comisión de delitos
tradicionales; nuevas modalidades de infracciones y hechos que afectan
intereses patrimoniales, extrapatrimoniales de las personas físicas y morales. Además,
del Estado y las instituciones que lo representan. La difamación y la injuria
son sólo dos ejemplos de ellos.
Es la Ley de Crímenes
y Delitos de Alta Tecnología, quien precisa: la difamación y la injuria
pública, cometida a través de medios electrónicos, Informáticos, telemáticos,
de telecomunicaciones o audiovisuales; en aumento cada día, se sanciona con la
pena de tres meses a un año de prisión y multa de cinco a quinientas veces el
salario mínimo.
Para
reforzar esta ley, el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL),
aprobó recientemente, el Reglamento para la obtención y preservación de datos e
informaciones por parte de los proveedores de servicios. Es decir las empresas telefónicas
están en el deber de ofrecer la información
solicitada por los Órganos de Investigación del Estado. Contribuyendo así,
a la protección de derechos humanos fundamentales, tales como la libertad de
expresión, el respeto a la vida privada, hogar y correspondencia y protección
de datos de carácter personal. Al tiempo que, da un gran golpe a los criminales
cibernéticos.
En
torno a este tema, la Ley 6132, de Expresión y Difusión del Pensamiento, en su acápite:
Delitos contra las personas, castiga la difamación: alegación o imputación de un hecho que
encierre ataque al honor o la consideración de la persona, aun cuando se haga
en forma dubitativa o si alude a una persona o a un organismo no mencionados de
manera expresa, pero cuya identificación se haga posible por los términos de
los discursos, gritos, radioemisiones, películas, amenazas, escritos o
impresos, carteles o edictos incriminados.
También,
la injuria: toda expresión ultraje, término de desprecio o invectiva que no
conlleve imputación de hecho alguno. Si fue cometida con el propósito de provocar
sentimientos de odio en la población, en perjuicio de un grupo de personas que,
por su origen, pertenecen a alguna raza o a alguna religión determinada…
La
población debe estar atenta, apropiarse de sus libertades y contribuir a la garantía
de los derechos de sus semejantes.
Generalmente,
estos delitos se cometen mediante publicación, difusión o reproducción, por
cualquier medio, y se evidencian mediante noticias falsas; documentos
fabricados, falsificados o falazmente atribuidos a terceros. Publicaciones; difusiones; reproducciones que perturban la paz. Trastorno de la disciplina;
la moral; perjuicio a la nación, así como el ultraje a la buena costumbre. También,
se expresa mediante dibujos, grabados, pinturas, emblemas o imágenes obscenas
expuestas a la vista del público.
Y
si bien es cierto que nuestra Constitución Dominicana de 2010, en su Artículo
49, expresa que: ”Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus
pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda
establecerse censura previa”, Ese disfrute de esas libertades se ejercerá
respetando el derecho al honor, a la intimidad, así como a la dignidad y la
moral de las personas, en especial la protección de la juventud y de la
infancia, de conformidad con la ley y el orden público.
Al
mismo tiempo, el Artículo 44, consagra
el derecho a la intimidad y el honor personal. Que se garantiza con el respeto
y la no injerencia en la vida privada; familiar, el domicilio y la
correspondencia de las personas. Reconoce el derecho al buen nombre y a la
propia imagen. Y toda autoridad o particular que los viole está obligada a
resarcirlos o repararlos.
La
Carta Magna es sentenciosa al indicar que: ”el hogar; el domicilio y todo
recinto privado de la persona son inviolables, salvo en los casos que sean
ordenados, de conformidad con la ley, por autoridad judicial competente o en
caso de flagrante delito. Y toda persona tiene el derecho a acceder a la
información y a los datos que sobre ella o sus bienes reposen en los registros
oficiales o privados, así como conocer el destino y el uso que se haga de los
mismos.
Reconoce
la inviolabilidad de la correspondencia, documentos o mensajes privados en
formatos físico, digital, electrónico o de todo otro tipo. Sólo podrán ser
ocupados, interceptados o registrados, por orden de una autoridad judicial competente,
mediante procedimientos legales en la sustanciación de asuntos que se ventilen
en la justicia y preservando el secreto de lo privado, que no guarde relación
con el correspondiente proceso.
Es
decir, es inviolable el secreto de la comunicación telegráfica, telefónica,
cablegráfica, electrónica, telemática o la establecida en otro medio, salvo las
autorizaciones otorgadas por juez o autoridad competente, de conformidad con la
ley, como ha sido señalado.
Justo
al finalizar este escrito recibo la mirada del presidente de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, Manuel María Mercedes, quien expresó, que
llama mucho la atención y preocupación, como en el país se viola el derecho a
la intimidad tema que deja al descubierto el descontrol que vienen teniendo las
redes sociales en estos últimos años.
Mercedes, dijo que debe hacerse de manera
urgente, una campaña de concienciación de la ciudadanía acerca del respeto a la intimidad de las personas. “el pueblo en
vez de asustarse e indignarse con algunos casos de violación, mejor se ríe y
propaga informaciones muchas veces falsas”.
Informó
que la República Dominicana ocupa el puesto número 10, en la lista negra de
países que a diario; horas tras hora; minuto a minuto, violenta los derechos
humanos.
Esta
afirmación en el momento que vivimos, no será puesta en dudas. Debido a que, tenemos
el caso de diversas informaciones que cubren las portadas de nuestros diarios
impresos, difundidas por la radio y la televisión; replicadas muchas veces, mediante los medios electrónicos, sin ser
fundamentadas.
El
bombardeo de informaciones negativas; falsas; alarmantes. Rumores que mantiene a
la opinión pública preocupada: desinformación ante crímenes; leyendas urbanas;
reforzamiento de mitos; vulneración de derechos de la mujer…, la lista es
interminable y debemos entre todas y todos poner fin a esta situación, de
invisibilizaciòn de nuestros derechos fundamentales. La sociedad no soporta más perturbación a la
paz.
No
en vano, el escritor y semiólogo italiano, Umberto Eco, afirmó: ”Las redes
sociales generan una invasión de imbéciles.
El tonto del pueblo, ahora es el portador de la verdad”.
La
autora es educadora, periodista, abogada y locutora.
viernes, julio 29, 2016
Es tiempo de apartar la indolencia y
garantizar derechos
Emilia Santos F.
Este Julio, mes que ya
agoniza, entre muchas cosas productivas a nivel espiritual, me sirvo también, para
contempla más de una vez el rocío de la mañana; disfrutar la neblina y con
ella, transportarme a dìas tranquilos, vividos por tierra cibaeña. Dónde vivir
esa experiencia, era una gran cosa. Y aún para mí, sigue siendo, enriquecedora;
maravillosa!.
Pero, para disfrutar este
extraordinario regalo de la naturaleza, enseñoreado en todo el verdor del
Parque Mirador, debes madrugar…, empezar muy temprano. Ese espectáculo de aire
grisáceo-azulino, que refleja los rayos del sol, es apto para adelantados. Confieso
que disfruté ese encantador obsequio divino, como lo hacía en mis años de
infancia.
Remembranzas y
comparaciones danzaban en mi mente. La
neblina me habló de seres humanos que duermen, en lo que parece un sueño
eterno. El espejismo se desarrolla en el mundo de la invisibilizaciòn,
violación, negación o falta de garantía de derechos humanos.
Esa neblina observada
mientras acudía a compromisos cotidianos y a rituales propios de la filosofía
de vida que profeso, me afirmó que en nuestro amado país, mucha gente duerme un
espantoso sueño; donde incluso la negación de la cultura; la etnia; la dominicanidad;
los valores morales y la ética, forman parte del ominoso desenlace.
Es un escenario que da
ganas de soltar un poco; de ceder, ante las injusticias, el desorden; el reino
de los antivalores; la desigualdad social, reflejada en niñas madres; el hambre
que padecen nuestros campesinos y residentes en barrios marginados, en la pseudo
democracia. Pero no!. Los derechos
inherentes, deben ser disfrutados, ejercitados, garantizados por el Estado y demandados
por las personas beneficiarias.
Gracias a la divinidad
dentro de todo este aquelarre, en que la República Dominicana, además, discute
y considera pecaminoso el aborto, dando paso a la violación de los derechos
sexuales y reproductivos de sus mujeres; mientras, funcionarios se enriquecen
ante nuestras caras, sin el más mínimo halo de vergüenza; tenemos a nuestro Dios,
para confortarnos y fiestas como la que nos regala la neblina, para deleitarnos
y permitirnos oxigenar la siquis, mientras seguimos trillando el sendero de
nuestra Nación hacia la luz.
No vamos por buen camino
si nuestra población sigue inmersa en el sueño. Como ciudadana estoy hastiada
de acciones que reflejan incultura, antivalores; delincuencia, de padres
incestuosos, adultos violadores de derechos de personas menores de edad. Y no basta
denunciarlo o piense!, estoy segura que usted idéntica lugares donde hay
grandes carencias de salud y educación, servicios básicos. Donde hay
inseguridad de todo tipo, hambre; desempleo….lugares donde la gente no tiene
ningún abrigo.
Otros, donde las acciones
delincuenciales, están disfrazadas de recreación. Nada más falso!. Jóvenes exponen
sus vidas o mutilan sus cuerpos cada semana,
en las denominadas carreras en motores, tanto en Santo Domingo, como en
otras provincias. Quizás por falta de oportunidades o vagancia, pero ¿quién
debe frenar esas acciones?, ¿ por qué no lo hace?. Y no listaré la Educaciòn
doméstica, esa que nos enseñó nuestra madre y padre. La familia de hoy, olvidó
que la moral, normas de urbanidad; la ética, se aprende en casa…, por eso
tenemos hasta una ley de transparencia. El calcumen viene desde la casa.
República Dominicana tiene
muchos jóvenes sumidos en pobreza; escases de todo tipo y grandes niveles de vagancia.
Las políticas públicas siguen siendo apáticas. Y ¿qué decir de la niñez y los
envejecientes?, ahí si hay calamidad!.
Parpamos esta realidad en
lugares pernotados, la que no es exclusiva de un gobierno. El cambio es
compromiso de todas y todos. Hay
carencia en la garantía de derechos fundamentales; servicios básicos; fomento
de los derechos culturales, colectivos y medio ambientales, por eso el apogeo
de acciones que riñen con el decoro.
Nos consuela saber nunca
es más oscuro que cuando va a amanecer. No desesperemos, Aportemos! Cómo dijo
la gran Gabriela Mistral: “Te espero sin plazo ni tiempo. No temas noche,
neblina ni aguacero. Acude con sendero o sin sendero”. Urge continuar en
alianza a acciones benignas; de bien para la colectividad, debemos continuar!.
La autora es Educadora,
periodista, abogada y locutora.
miércoles, junio 15, 2016
ANTE
INCREMENTO DE CÀNCER PERIODISTAS SE CAPACITAN PARA CONTRIBUIR A REDUCIR
ENFERMEDAD
Santo Domingo.-Ante la creciente aparición de nuevos casos de cáncer y
datos arrojados por estadísticas recientes,
de que más de 500 mil personas
viven con esta enfermedad, que además, es la tercera causa de muerte, en la
población dominicana, el Círculo de Periodistas de la Salud (CIPESA), realizó
este miércoles 15 de junio la charla “Cáncer: lo que usted debe saber”,
dirigida a su membresía, en interés de actualizar a las y los periodistas, para
orienten con mayor nivel de eficacia a la opinión pública, como forma de
contribuir a reducir este padecimiento.
La charla fue dictada por el doctor Alexis Yadir Ramírez
Mármol, Internista y Oncólogo Médico, quien precisó: “el cáncer causado por múltiples factores, es una enfermedad de alto costo
y complejidad en su tratamiento. Los más frecuente en la República Dominicana,
son el de mama, cérvido-uterino, próstata; a los que se atribuye la mayor causa
de muertes. Asimismo, pulmón, cabeza de
cuello y colon”.
Doctor Ramìrez Màrmol.
Ramírez Mármol, citó, entre los tipos de cáncer más
frecuentes en la mujer dominicana, el cáncer de mama y el cérvico-uterino, mientras en el hombre, es el de próstata y de pulmón.
El oncólogo recomendó cambiar estilos de vida; cuidar la nutrición básica, hacer ejercicios.
Abstenerse de fumar, tomar bebidas alcohólicas e ingerir grasa saturada.
Durante las palabras de apertura a la capacitación,
Emilia Santos, presidenta de CIPESA, agradeció al doctor Ramírez Mármol y a su
equipo de Relaciones Públicas, por escoger a
esta asociación para esparcir recomendaciones que contribuyan a
disminuir esta enfermedad en la población dominicana.
Afirmó que el compromiso de CIPESA es y siempre
será informar a la ciudadanía con apego a la ética profesional. Aportando a la
reducción de problemáticas de salud pública, como parte de su compromiso
social.
Emilia Santos. presidenta de CIPESA.
En la capacitación realizada en la sede de
CIPESA, ubicada en el Edificio de Enfermería, en la Plaza de la Salud, en Santo
Domingo, participaron también, periodistas del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Prensa (SNTP) y estudiantes de Comunicaciòn Social.
miércoles, mayo 25, 2016
INCORT
y CIPESA FIRMAN ACUERDO DE COMPROMISO POR LA DONACION EN RD
Santo Domingo.-Con la finalidad de sensibilizar a los profesionales de la
comunicación y contar con ellos como puente continuo de orientación a la sociedad
en el tema de la Donación y Trasplante, el Circulo de Periodistas por la Salud
(CIPESA) el Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (INCORT) y firmaron
un acuerdo-compromiso, donde unieron voluntades a fin de promover y difundir
con propiedad el tema de la Donación y Trasplante en República Dominicana.
De izquierda a derecha. El licenciado Josè Beato, secretario general del SNTP; Emilia Santos, presidenta de CIPESA; el doctor Fernando Morales Billini, director ejecutivo del INCORT e Yris Cuevas, secretaria de
Educación de CIPESA.
La firma de dicho documento fue encabezado por el doctor Fernando
Morales Billini, director de INCORT y la licenciada Emilia Santos, presidenta del
CIPESA, ambos comparten su interés de hacer un llamado y unir esfuerzos en las diversas áreas profesionales para trabajar en forma conjunta llevando
el mensaje de la donación y trasplante de órganos, tejidos y células a los más
apartados rincones del país.
El Dr. Morales Billini, responde inquietudes de las y los periodistas participantes.
La actividad que contó con los miembros de CIPESA, recibieron de parte
del doctor Fernando Morales Bellini en una presentación, sobre lo que ha hecho
INCORT en su posición de ejecutor del Programa Nacional de Donación y
Trasplante en RD desde sus inicios.
La importancia de
la transmisión de mensajes positivos, que infunden confianza y que muestran el
sistema de trasplantes como un sistema equitativo, eficaz, transparente con
fundamentos éticos y morales, mejorará la percepción que los ciudadanos sobre
los trasplantes y la predisposición a la donación. Es necesario llegar a
la población general para informarla correctamente, explicó Morales,
llevando ese mensaje altruista y solidario que pueden salvar vidas, y como
evitar las noticias negativas en los medios de comunicación que producen un efecto
pernicioso, dañan la imagen de los trasplantes e incrementan las tasas de
rechazo a la donación, que en muchas ocasiones es por la falta de conocimiento
del tema.
La Licda. Emilia Santos, explica el compromiso que asumirá CIPESA, junto al INCORT, para difundir la nueva cultura de donación en RD.
“La difusión de noticias positivas a través de
mensajes claros y concisos, transmitidos sin intermediarios y lo más explícito
posible es necesario. Aprender los unos de los otros para poder
informar bien”, manifestó el Dr. Morales.
Dijo que los trasplantes
es una terapéutica eficaz y perfectamente establecida que salvan vidas, otorgan
una importante supervivencia y una rehabilitación absoluta a largo plazo, a
pacientes que de otra manera no tendrían ninguna esperanza de curación.
Organizadores y parte de las y los participantes.
Destacó que la
escasez de órganos es la principal limitación para salvar la vida de los
pacientes y la donación de órganos es la única vía para salvar estas vidas.
Por último, dijo que ha sido de gran interés que los miembros de CIPESA
puedan apoyar y comprometerse a esta iniciativa ya que cada año alrededor de
140 pacientes por millón de población sufren de insuficiencia renal crónica sin
contar con los pacientes necesitados de un trasplante.
Parte de las y los participantes.
Por
otro lado, la licenciada Emilia Santos abordó que esta iniciativa compromete a
CIPESA con la nueva cultura de implementar acciones que desarrolla el INCORT
y colaborar a través del trabajo que realiza la prensa.
La actividad finalizó realizando
conclusiones de este compromiso, para que cada dominicano se una al mensaje de
esperanza, como parte de su nueva campaña ¡Ayuda a Salvar vidas… Hazte Donante!
Y juntos crear una cultura de donación y trasplante en RD.
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