miércoles, septiembre 29, 2010

HASTA LUEGO A UN GRAN SER HUMANO, NOBLE, SOLIDARIO

Fue mi amigo, una especie de mentor en mi desenvolvimiento como periodista del àrea salud, un ser humano que nunca olvidarè.

Lo poco que poseìa era de todos, su familia, sus amigos. Supo dar y en cambio recibiò solo el afecto, cariño sinceso de sus semejantes. Ayer le despedì en su ùltima morada en la tierra.

De èl puedo decir que incluso saciò mi hambre de alimento, cuando en El Nuevo Diario, trabajabamos en busca de construir un futuro màs promisorio; `se que no solo fue la mia.

Mi amigo muriò como viviò, humilde, sin pretenciones, rodeado de familiares y amigos sinceros, pobres de recursos econòmicos, como somos quienes les quisimos, pero que legado tan grande de entrega nos dejò. Nadie podrà jamàz, mancillar su nombre, pues nada malo puede ni podrà dañar su reputaciòn, fue un gran hombre, uno de los que pocas veces se repiten.

Hasta luego mi querido Raffy, papà de Estela como deciamos y por què no, incluso mio.

Emilia Santos Frìas.

Sepultan restos de periodista Raffy SolanoPedro Guzmán Badía

Partió sin decir adiós, pero sabía que le quedaba poco tiempo en este mundo, y optó por buscar a Cristo como a su verdadero y único Salvador, no obstante su muerte ha constituido, en su familia y entre sus amigos, entre los cuales nos encontramos, un duro golpe, pues el hombre no se acostumbra a la idea de la separación temporal.

Este martes fueron sepultados en esta capital los restos del compañero periodista Raffy Solano, quien colaboró por un tiempo en este diario, aún cuando la mortal enfermedad le dejaba poco tiempo para respirar tranquilamente.

Raffy Solano había nacido en Moca, tierra que siempre amó, siempre estaba por volver a ver sus calles, acariciar sus tardes, recordar a los amigos de infancia, algunos que ya no están, otros que como simples instrumentos del tiempo se han ido gastando implacablemente.

Raffy supo cultivar la amistad, jamás se le conoció disputa alguna, amó sin límites a sus hijos y nietos lo mismo que a su esposa, Nena.

Voló como un simple suspiro que busca a su Creador para continuar tributándole alabanzas por todos los dones recibidos en esta vida.

“No importa el dolor o la satisfacción siempre debemos dar gracias al Creador”, decía.

Raffy recidía junto a su familia, en el sector Brisa del Este de Sabana Perdida, municipio Santo Domingo Norte, donde cultivó como en todos los lugares donde fue conocido grandes amistades.

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