martes, febrero 01, 2011

La preocupaciòn afecta la salud


Cuando la preocupación afecta la salud

Por Ivelisse Santos
EL CARIBE

La preocupación significa angustia, miedo, desasosiego, inquietud, pesadumbre, perturbación, duda, desconfianza, incredulidad, intranquilidad, inconformidad, desagrado, disgusto, malestar, desánimo, depresión, pena, tristeza, dolor, aflicción, afán, estrés, impaciencia e insatisfacción, además de producir la sensación de incapacidad e impotencia.
A partir de esto se puede deducir que la preocupación es una condición que lleva a la persona al inminente fracaso en la vida, porque afecta no solo su paz y serenidad, sino también su salud.

Según estadísticas médicas recientes, se ha comprobado que solo en los Estados Unidos hay una epidemia de miedo e inseguridad jamás vista en los últimos años. Los estudios arrojaron que a diario en ese país se atienden casos de enfermedades que han sido causadas directamente por el miedo y agravadas por la preocupación y los sentimientos de inseguridad.

De acuerdo con la siquiatra Daysi Acosta existen muchas personas que tienden a preocuparse por la más mínima situación, a veces sin razón alguna, hasta el punto de convertir esta situación en una patología que puede desencadenar en una hipocondría caracterizada por el “miedo a padecer” o la convicción de tener una enfermedad grave, lo que interfiere con las relaciones y habilidades de la persona para realizar sus tareas cotidianas.

Acosta comenta que entre los síntomas que provoca la preocupación excesiva se encuentra el insomnio, y cuando una persona pierde la capacidad de dormir se afecta su funcionamiento total con dolores musculares, irritación, poca capacidad para discernir y concentrarse, tensión y nerviosismo. Dice que la preocupación excesiva puede llegar a convertirse en algo incapacitante para la persona en su diario vivir con síntomas físicos, emocionales, mentales y conducta alterada.

De acuerdo con los expertos esta situación genera en la persona una mayor adicción a los tranquilizantes. Ha generado también un enorme aumento de la obesidad, porque las personas ansiosas muchas veces comen compulsivamente debido a la ansiedad. Aunque el problema es realmente grave, afortunadamente tiene solución.

Acosta explica que para tratar este problema existen varios medicamentos y terapias, y cada quien responde de diferente manera, por lo que es extremadamente importante visitar el especialista, en este caso el siquiatra, para que determine el que mejor puede funcionar.

Larga historia. El prestigioso psiquiatra Smiley Blanton, quien utilizaba la sabiduría de la Biblia aplicada a problemas de índole psicológico, dijo: “La ansiedad o preocupación es la mayor plaga de nuestro tiempo”. Y Stanley Cobb (1887-1968), neurólogo norteamericano considerado el fundador de la psiquiatría biológica, decía que “la preocupación está íntimamente ligada a los síntomas de la artritis reumática”. Ambos decían que la preocupación es inútil, que jamás ha logrado nada y que nunca ha modificado el pasado.

Sostenían que la preocupación tampoco ha ayudado a controlar mejor el futuro y que para lo único que es útil la preocupación es para hacer miserable la vida.

Entendian que quienes se preocupan demasiado solamente logran ver los problemas más grandes de lo que realmente son y esto no les permite ser objetivos. “Preocúpense y lo que obtendrán serán úlceras, dolores de cabeza, dolores de espalda, dificultades para dormir, diarreas y cosas más serias que pueden llegar a afectarles de manera importante” sostenían.
Medidas alternativas para combatir la preocupación excesiva
La preocupación excesiva se puede enfrentar, conjuntamente con el tratamiento siquiátrico, realizando actividades que provean una distracción positiva. Los hobbies que absorban mentalmente como las manualidades o el yoga, brindan una mayor liberación de lo que está en la mente.

Compartir las preocupaciones con un amigo ahce mucho bien. Cuando se platica con alguien en quien se confía sobre un evento estresante o cualquier sentimiento, esto ofrece apoyo y una perspectiva nueva.

¡Haz ejercicio! La actividad física reduce la tensión y el estrés, promueve a una buena respiración y un descanso más profundo, aumenta la confianza propia, y todo esto puede reducir enormemente la ansiedad.

El yoga es un ejercicio que absorbe mentalmente y relaja. Hay muchos videos, DVDs y libros disponibles, que incluyen una buena guía de ejercicios. Aquellas situaciones que según la persona no tienen remedio, no deben ser motivo de preocupación, sino de aceptación, buscando la forma de asumirlas.

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