EFECTOS NEFASTOS
Secuela económica de la violencia de género
CUANTIFICAR EL COSTO DE LAS AGRESIONES A LAS MUJERES PERMITIRÍA AL ESTADO ENFOCAR LA PROBLEMÁTICA DE MANERA MUCHO MÁS EFICAZ Y DETERMINAR LA COSTO-EFECTIVIDAD DE LAS ACCIONES PREVENTIVAS
Asistencia. La violencia genera altos costos al sistema de salud.
Ircania Vásquez
ircania.vasquez@listindiario.com
Santo Domingo
Un domingo en la tarde, Julián Navarro llegó a la casa de su exsuegra, en una visita que parecía casual. Accedió al patio de la vivienda, se acercó a la madre se sus tres hijos y sin mediar palabras le segó la vida de varios disparos a quemarropa y luego se suicidó.
Desde entonces, doña Antonia, madre de la mujer ultimada, es responsable de la crianza de sus nietos, de tres, seis y diez años.
El hecho impactó a esa familia de muchas formas que trascienden los efectos emocionales dejados por el acto violento que terminó en una escena fatal.
A los sesenta y siete años los ingresos de Antonia son muy precarios, ya no cuenta con la ayuda económica que le ofrecía su única hija y tiene a su cargo a tres niños en edad escolar y con necesidad de asistecia psicológica, que implican altos costos.
El año pasado, doscientas familias se enfrentaron a un cuadro similar producto del alto índice de violencia contra la mujer que prevalece en el país.
El alto costo de los servicios de asistencia social
La violencia de género es una de las mayores cargas que soportan los sistemas de asistencia social en la mayoría de los países, especialmente en Latinoamérica. Sin embargo, existen pocos estudios que permitan cuantificar el impacto económico que ejerce ese flagelo sobre el Estado y las víctimas.
En República Dominicana las tres cuarta parte de las denuncias recibidas el año pasado por la Procuraduría Fiscal de la República fueron por motivos de violencia, y de esa proporción el 75% correspondió a mujeres que habían recibido algún tipo de agresión, según informó la directora del Programa de Igualdad del Ministerio de la Mujer, María Ramos.
Para determinar la influencia de violencia de género en la erosión del capital social habría que calcular los gastos institucionales en los sistemas de salud y justicia, del Ministerio de la Mujer y las organizaciones de la sociedad civil, además de cuantificar la inversión que se tiene que hacer para mantener las trece unidades de atención y procesar la cantidad de denuncias de maltrato que se reciben cada año.
Sin embargo, además de los costos en salud, justicia y prevención que representa la violencia doméstica, existe un impacto implícito en la productividad de las mujeres abusadas que disminuye a causa de los efectos físicos y psicológicos del maltrato. Esa merma en el nivel de rendimiento y el alto índice de ausentismo laboral están asociados a mayores posibilidades de pérdida de empleo y menores niveles de ingresos en la población de mujeres víctimas de violencia.
Según un estudio realizado en 1995 en Canadá, el 34% de las mujeres maltratadas y el 11% de las víctimas de abuso sexual en ese país indicaron que no podían trabajar el día después de la agresión, lo que generaba pérdidas de alrededor de siete millones de dólares canadienses por año. Asimismo, una investigación realizada por el Banco Mundial reveló que uno de cada cinco días laborables que pierden las mujeres por razones de salud es resultado de problemas relacionados con la violencia doméstica.
Gasto social.
En el país no existen registros sobre los costos que genera la violencia de género al sistema de salud y asistencia social y legal, pero el dato de que se registran aproximadamente 64,000 denuncias por ese motivo al año refleja la magnitud de los costos que genera.
Según afirma Sergia Galván, directora de la Colectiva Mujer y Salud, la violencia contra las mujeres causa mayor cantidad de víctimas que cualquier causa de control epidemiológico, salvo la mortalidad infantil.
“Aunque el Ministerio de Salud Pública no ha calificado la violencia de género como una problemática que atañe al sistema, esa es la principal puerta de entrada de los casos de violencia en el país y está asociada a embarazos de alto riesgo, partos prematuros, abortos espontáneos, niños con bajo peso al nacer y mayor posibilidad de adquirir infecciones de transmisión sexual, además de todo lo que implica en términos de daños físicos y psicológicos a la mujer”, señala Galván.
Según informó, el 25% de las mujeres en República Dominicana ha sido víctima de violencia y el 6% de las embarazadas ha recibido algún tipo de maltrato físico, psicológico o sexual, lo que implica costos altísimos para el sistema de salud.
Otras de las consecuencias de la violencia son la pérdida parcial o total del patrimonio de la mujer y la movilidad territorial, que implica cambios de domicilio y muchas veces de trabajo y centros educativos para los hijos.
¿INFLUYE LA EDAD Y EL NIVEL SOCIOECONÓMICO?
Los registros de casos de abuso de género de los últimos cinco años indican que los mayores niveles de violencia se concentran entre mujeres de 15 a 34 años. En datos preliminares de los sondeos realizados por la Colectiva Mujer y Salud, se ha determinado que en los casos de feminicidio hay una diferencia de edad promedio de nueve años entre la víctima y el perpetrador, según informó la directora de la entidad, Sergia Galván.
La directora de Programas de Igualdad del Ministerio de la Mujer, María Ramos, corrobora el dato y agrega que en los casos de violencia más extrema la diferencia de edad entre el agresor y la mujer abusada es de hasta 20 años, lo que aumenta el control y poder del victimario.
La violencia de género se ha asociado a los estratos socieconómicos más bajos y los análisis de diagnósticos demuestran un nivel mucho más alto de demanda de servicio en mujeres de sectores populares.
Sin embargo, Galván asegura que la violencia permea todas las clases sociales y considera que la diferencia se debe a la presión social que recibe la clase más alta para evitar escándalos y a las facilidades para llegar a acuerdos cuando hay intereses económicos de por medio. Además de que las víctimas asisten a los centros de atención física y psicológica privados.
Las víctimas colaterales de la agresión
La violencia doméstica tiene un impacto intergeneracional que influye directamente en el estado socio-económico de los hijos.
Algunos estudios han determinado que los niños que sufren o que son testigos de violencia doméstica tienen más probabilidades de tener bajo rendimiento escolar, y un alto índice de repitencia y deserción, además de menores niveles de ingresos en el futuro.
“Cuando los padres se separan por violencia, el agresor suele abandonar su responsabilidad sobre los hijos y la mujer lleva una mayor carga económica, que se refleja en una menor calidad de vida para ella y sus hijos”, explica la directora de la Colectiva Mujer y Salud, Sergia Galván.
Uno de los efectos que genera la violencia de género es la pérdida de vidas productivas que conlleva el traspaso de una carga económica a un tercero, generalmente a otra mujer.
Cuando una madre es asesinada por su pareja y el victimario se suicida o es encarcelado, la familia tiene que asumir la crianza de los hijos y deja de percibir los ingresos que aportaban ambos.
Según afirma Galván, en la mayoría de los casos es la madre o una hermana de la víctima quien asume la responsabilidad de los huérfanos, lo que significa un aumento en los niveles de pobreza de los niños y de la familia que los acoge.
El año pasado, al menos 200 mujeres murieron a manos de sus cónyuges en el país, lo que representa la pérdida de 400 vidas productivas, igual número de familias afectadas y una cantidad mucho mayor de niños en orfandad.
Las barreras del proceso judicial.
Una de las pricipales dificultades que enfrentan las mujeres abusadas por sus parejas o exparejas es la dificultad para acceder a los servicios legales y de asistencia psicológica por los altos costos que estos implican y la interferencia en sus actividades laborales.
A pesar de que la Procuraduría Fiscal de la República tiene trece unidades de atención en todo el país, que el Ministerio de la Mujer ofrece servicios de asesoría legal en sus oficinas provinciales y de que las organizaciones de la sociedad civil realizan labores similares, en la mayoría de los casos los gastos corren por cuenta de las víctima y sus familiares, según explica Sergia Galván, representante de la Colectiva Mujer y Salud.
“Son procesos muy largos, que implican desplazamiento, porque no hay un centro donde se concentren todos los servicios que se necesitan y que se pueda resolver en una o dos visitas. La ruta crítica tiene más de 17 pasos para llevar a cabo el proceso de justicia”, afirmó la servidora social.
En el Ministerio de la Mujer la víctima es recibida en cualquiera de las 52 oficinas de la entidad y se acompaña al lugar donde la ruta crítica demande por su condición. “Si viene agredida tiene que acudir a un centro de salud, que ayuda para pedir la condena del agresor; luego una psicóloga la evalúa, se hace una primera intervención y se refiere a otros órganos para que reciba terapia en caso de ser necesario, como el Centro de Atención para la Recuperación de Mujeres Víctimas de Violencia y las unidades de salud mental en los hospitales públicos, donde la asistencia es gratuita”, informó María Ramos.
Sin embargo, la funcionaria señala que cuando las víctimas son de escasos recursos no pueden seguir asistiendo a la Fiscalía porque eso implica ausencia laboral, costos de transporte y otros gastos colaterales. Dice que lo usual es que ponen la denuncia, a veces se logra una medida de coerción, pero no pueden ir a juicio para que haya una condena al agresor. Eso les ha costado la vida a muchas mujeres e impacta la economía de la familia que tiene que asumir la responsabilidad de los hijos.
Ramos asegura que aproximadamente el 90% de las mujeres abusadas realizan la denuncia pero de esa proporción menos del 45% recibe una sentencia satisfactoria porque el proceso se diluye tanto por la dificultad de los mecanismos procesales como por la falta de recursos de las víctimas.
Sergia Galván señala además el impacto económico que tiene la corrupción en el tratamiento de los casos de violencia de género. “Tenemos casos de mujeres que han tenido que contratar dos y tres abogados para concluir un proceso porque estos se han vendido al perpetrador”, concluyó.
Asistencia de salud y justicia
En el país no existen registros sobre los costos que genera la violencia de género al sistema de salud y asistencia social y legal, pero el dato de que se registran aproximadamente 64,000 denuncias por al año refleja la magnitud de su costo social.
Responsabilidad adicional
Cuando los padres se separan por violencia el agresor suele abandonar su responsabilidad sobre los hijos y la mujer lleva una mayor carga económica, que se refleja en una menor calidad de vida para ella y sus hijos.
COSTO DE LA SALUD MENTAL
La mujeres abusadas tienen menores índice de rendimiento académico y laboral, mayores posibilidades de perder sus empleos, de padecer depresión y cometer suicidio que las que nunca han sido maltratadas.
jueves, febrero 09, 2012
miércoles, febrero 08, 2012
El castigo físico tiene un efecto nocivo en los niños
Ciudadoriental.com
A veces para castigar a sus hijos, los padres les dan un coscorrón o una palmada sin pensar cómo esto puede reflejarse en su mentalidad. Pero científicos canadienses realizaron una investigación y revelaron que los niños a los que se castiga corporalmente se vuelven más agresivos y pueden sufrir problemas psíquicos.
Los doctores Joan Durrant y Ron Emson analizaron investigaciones de los últimos 20 años sobre castigos corporales y llegaron a la conclusión que "sin ninguna excepción" ello resulta en un aumento de la agresividad hacia padres, hermanos y otros niños y posteriormente a sus parejas.
Los autores del estudio afirman que el castigo corporal tiene un efecto causal directo en el comportamiento, como una respuesta reflexiva al dolor y la abyección.
Además los golpes están asociados con problemas mentales como la ansiedad, depresión y el consumo de drogas y alcohol.
Según los especialistas, la causa, es que una paliza puede afectar al cerebro y sus aéreas responsables del intelecto y aumenta la vulnerabilidad de la dependencia de las drogas y el alcohol.
Por eso antes de castigar físicamente a un niño se debe pensar en si pegarle le traerá algún provecho o deformarán irremediablemente su carácter.
Fuente actualidad.rt.com
Ciudadoriental.com
A veces para castigar a sus hijos, los padres les dan un coscorrón o una palmada sin pensar cómo esto puede reflejarse en su mentalidad. Pero científicos canadienses realizaron una investigación y revelaron que los niños a los que se castiga corporalmente se vuelven más agresivos y pueden sufrir problemas psíquicos.
Los doctores Joan Durrant y Ron Emson analizaron investigaciones de los últimos 20 años sobre castigos corporales y llegaron a la conclusión que "sin ninguna excepción" ello resulta en un aumento de la agresividad hacia padres, hermanos y otros niños y posteriormente a sus parejas.
Los autores del estudio afirman que el castigo corporal tiene un efecto causal directo en el comportamiento, como una respuesta reflexiva al dolor y la abyección.
Además los golpes están asociados con problemas mentales como la ansiedad, depresión y el consumo de drogas y alcohol.
Según los especialistas, la causa, es que una paliza puede afectar al cerebro y sus aéreas responsables del intelecto y aumenta la vulnerabilidad de la dependencia de las drogas y el alcohol.
Por eso antes de castigar físicamente a un niño se debe pensar en si pegarle le traerá algún provecho o deformarán irremediablemente su carácter.
Fuente actualidad.rt.com
FÁBULAS EN ALTA VOZ
El comercio de la salud
Marta Quéliz
martha.queliz@listindiario.com
No me gusta titular estas fábulas con un contenido negativo, pero la situación en el aspecto salud se ha puesto tan abominable en el país que no me queda de otra. Sin lugar a dudas, el dinero le ha ganado la batalla a la vocación de servicio. Visitar un centro de salud, tanto “público” como privado, representa una pesadilla de la cual Elaine quiso escapar por unos minutos.
Aturdida por el dolor constante que siente en sus piernas, la joven decidió transportarse a un lugar fabuloso donde pueda encontrar al menos el alivio de que la traten como un sujeto, no como un objeto. Llegó al sitio. El dolor se le apaciguó. El sólo hecho de ser recibida como debe ser la hizo sentirse mejor.
Una legión de facultativos la esperó en el centro médico adonde fue llevada. A los galenos sólo les importaba su salud. Eso de seguro médico, de depósito anticipado y de si cubre o no cubre... no entra en discusión. Conocer lo que la llevó hata la emergencia y buscar la solución a su quebranto son el norte de todo el personal que le presta atención. Puestos en marcha los recursos médicos, a Elaine la reanima el amor con que le aplican hasta el más simple medicamento.
De otro lado, una familia tranquila ora y confía en que todo saldrá bien. Sabe que la joven no sólo está en buenas manos, sino que es atendida con el respeto y consideración con que debe ser asistido todo paciente, no importa cuán leve sea su dolencia.
En esa comunidad adonde viajó la joven Elaine, la solidaridad impera por encima de todo. Nadie tiene que andar volviéndose loco porque se le quedó el carné del seguro en la casa o porque no lo tiene. La seguridad social del lugar funciona sin complicaciones.
Todos los habitantes tienen derecho a recibir atenciones médicas sin importar su clase social, su credo o inclinación política. Basta que se sienta mal de salud para recibir los servicios de cualquier centro asistencial.
Es penado prestar atención a otra cosa que no sea al paciente. Las ínfulas que tienen algunos médicos en otros países aquí no se advierten. Todos, por muy especialistas que sean, tienen el deber de atender cualquier tipo de emergencia, ya sea porque esté de servicio o porque se le requiera para atender un caso de su competencia. Precisamente en búsqueda de testificar lo que se siente con la dedicación de un médico que deja a un lado su ego y sus lauros para ponerse su bata e ir en ayuda de quien lo necesita, no importa la hora ni el lugar, Elaine se trasladó a ese lugar fabuloso, pero al regresar de su viaje, vuelve a lamentarse de la indolencia de algunos de los facultativos dominicanos, quienes, aun habiendo tratado a un paciente, no se inmutan ante el dolor que éste sigue sintiendo a pesar de haber buscado ayuda médica.
Por no dar con un problema o por nimiedades, tratan de ocultar su ineficiencia y, en algunos casos, hasta mala práctica, detrás de la fría respuesta “nos vemos en la emergencia” y nunca llegan, dejando angustiadas, desesperadas y decepcionadas a la persona enferma y a su familia. Y es que cada vez aumenta más el comercio de la salud. Para vivir lo contrario, hay que transportarse a una fábula como lo hizo Elaine, quien sufre día a día un dolor constante que sólo la misericordia de Dios podrá calmar.
El comercio de la salud
Marta Quéliz
martha.queliz@listindiario.com
No me gusta titular estas fábulas con un contenido negativo, pero la situación en el aspecto salud se ha puesto tan abominable en el país que no me queda de otra. Sin lugar a dudas, el dinero le ha ganado la batalla a la vocación de servicio. Visitar un centro de salud, tanto “público” como privado, representa una pesadilla de la cual Elaine quiso escapar por unos minutos.
Aturdida por el dolor constante que siente en sus piernas, la joven decidió transportarse a un lugar fabuloso donde pueda encontrar al menos el alivio de que la traten como un sujeto, no como un objeto. Llegó al sitio. El dolor se le apaciguó. El sólo hecho de ser recibida como debe ser la hizo sentirse mejor.
Una legión de facultativos la esperó en el centro médico adonde fue llevada. A los galenos sólo les importaba su salud. Eso de seguro médico, de depósito anticipado y de si cubre o no cubre... no entra en discusión. Conocer lo que la llevó hata la emergencia y buscar la solución a su quebranto son el norte de todo el personal que le presta atención. Puestos en marcha los recursos médicos, a Elaine la reanima el amor con que le aplican hasta el más simple medicamento.
De otro lado, una familia tranquila ora y confía en que todo saldrá bien. Sabe que la joven no sólo está en buenas manos, sino que es atendida con el respeto y consideración con que debe ser asistido todo paciente, no importa cuán leve sea su dolencia.
En esa comunidad adonde viajó la joven Elaine, la solidaridad impera por encima de todo. Nadie tiene que andar volviéndose loco porque se le quedó el carné del seguro en la casa o porque no lo tiene. La seguridad social del lugar funciona sin complicaciones.
Todos los habitantes tienen derecho a recibir atenciones médicas sin importar su clase social, su credo o inclinación política. Basta que se sienta mal de salud para recibir los servicios de cualquier centro asistencial.
Es penado prestar atención a otra cosa que no sea al paciente. Las ínfulas que tienen algunos médicos en otros países aquí no se advierten. Todos, por muy especialistas que sean, tienen el deber de atender cualquier tipo de emergencia, ya sea porque esté de servicio o porque se le requiera para atender un caso de su competencia. Precisamente en búsqueda de testificar lo que se siente con la dedicación de un médico que deja a un lado su ego y sus lauros para ponerse su bata e ir en ayuda de quien lo necesita, no importa la hora ni el lugar, Elaine se trasladó a ese lugar fabuloso, pero al regresar de su viaje, vuelve a lamentarse de la indolencia de algunos de los facultativos dominicanos, quienes, aun habiendo tratado a un paciente, no se inmutan ante el dolor que éste sigue sintiendo a pesar de haber buscado ayuda médica.
Por no dar con un problema o por nimiedades, tratan de ocultar su ineficiencia y, en algunos casos, hasta mala práctica, detrás de la fría respuesta “nos vemos en la emergencia” y nunca llegan, dejando angustiadas, desesperadas y decepcionadas a la persona enferma y a su familia. Y es que cada vez aumenta más el comercio de la salud. Para vivir lo contrario, hay que transportarse a una fábula como lo hizo Elaine, quien sufre día a día un dolor constante que sólo la misericordia de Dios podrá calmar.
martes, febrero 07, 2012
Salud emocional
¿Puede el amor enfermarte?
07/02/2012 12:00 AM - Ivelisse Santos
El amor es uno de los sentimientos más sublimes, pero cuando no es correspondido puede causar trastornos emocionales que afectan la salud
El mal amor puede conducir a la muerte debido a las enfermedades que presenta.
En la actualidad, para nadie es un secreto el papel que juegan las emociones humanas en la concepción de la salud integral, y desde luego, en el desarrollo de las enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que más del 90% de las enfermedades tienen un origen psicosomático, de hecho, las características de las personalidad, el manejo que tenemos de las emociones y la manera de lidiar con el estrés, conflictos, fracasos y frustraciones pueden potenciar o desarrollar diversas enfermedades.
Una de los estados que provocan mas enfermedades sicosomáticas es el enamoramiento. Dicen los científico que el amor es una enfermedad mental, un estado de dependencia, que sin el amor uno no puede vivir y hasta a veces provoca serios trastornos mentales que llevan a que una persona tenga un desequilibrio mental y pueda llegar a matar a otra persona o atentar contra su propia vida.
Según el médico árabe Alì ibn al-Abbas al-Magusi, quien además fue un sabio enciclopedista y un prolífico escritor, decía que el mal de amor se podía introducir entre las pesadillas y la parálisis. Para combatirlas recomienda medidas “humedecedoras” como los baños de agua dulce, montar a caballo y mucho deporte, entre otras. Sostenía que el enfermo del mal de amor debía mantenerse ocupado para que sus pensamientos se desviaran y que si así lo hacía con el tiempo olvidaría a la persona que con tanta pasión amaba.
De acuerdo con la sicóloga Aracelis Nuñez hay que tener presente que las enfermedades que vienen asociadas a una relación de pareja, siempre tienen que ver con el estrés crónico, lo que se podría definir como un desajuste del organismo, algo que con el correr del tiempo hace que el organismo se desgaste y que nuestros mecanismos de adaptación fracasen.
Núñez explica que las enfermedades más comunes se dan a nivel cardiovascular, triplicándose estas posibilidades en el caso de la mujer.
También se presentan muchos inconvenientes a nivel gastrointestinal (por ejemplo, colon irritable, lo que provoca diarreas repentinas), se puede duplicar la posibilidad de diabetes tipo 2, y a nivel cerebral puede haber daños en una zona de nuestro cerebro que tiene que ver con la memoria, el aprendizaje y la concentración. También se dan muchos trastornos del sueño o de la alimentación. Todo esto va pasando lentamente y al principio no se le atribuye a la mala relación de pareja.
“Cuando se pierde la esperanza aparece una sensación de derrota. Cuando se sabe con certeza que nada va a cambiar y no quedan fuerzas para seguir luchando aparece la enfermedad. Pero será sólo la punta del iceberg.
Por debajo de las enfermedades cardiovasculares, de hormonas que se descontrolan, de un sistema inmune que enloquece y se ataca a sí mismo, de un cerebro que no puede proteger ni a sus propias neuronas, por debajo de todo esto, está el dolor emocional, un dolor que grita en el cuerpo lo que las palabras no pueden decir. Eso es el estrés conyugal”, dice la experta.
Un dolor con causas científicas
Por más extraño que pueda parecer, científicos italianos descubrieron las razones biológicas de lo que se conoce como el “mal de amores”, un padecimiento que no contempla sexo ni edad.
Gustavo Adolfo Becquer, en el siglo XIX, expresó: “Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes a dónde va. Ya hay respuesta a tanta incertidumbre.
Al parecer, el famoso “mal de amores” tendría origen científico legitimado por el mundo de la medicina. Según un estudio científico, la causa del “mal de amores” reside en los neurotransmisores y en los genes de las personas.
Según se indicó en un informe de Ansa, el amor se va de la mano de la serotonina, una sustancia sintetizada en las neuronas serotoninérgicas en el sistema servioso central
“Cuando uno está feliz, explica Denisa Legac, profesora de la Universidad de Graz, en Austria, el amor es la cosa más bella del mundo. Pero cuando se sufre se convierte en una auténtica patología, una obsesión de la que es difícil desprenderse.
Luego de largo tiempo de análisis, el equipo de investigación aportó insospechados datos científicos para dar un abordaje “técnico” al sufrimiento por amor que, asegura, pone en riesgo la seguridad de uno y la de los otros.
Los índices analizados en la investigación demostraron que el mal de amor aumenta el riesgo de suicidios y homicidio y que el 50 por ciento de los asesinatos se produce en el ámbito conyugal y el 45 por ciento de las mujeres asesinadas son víctimas de sus parejas actuales o anteriores.
No se debe reprimir el sentimiento de tristeza
Muchas personas cometen el error de reprimir el mal de amores en vez de aceptarlo y con ello oponerse activamente contra él.
Según los expertos, a menudo esto trae consigo consecuencias más graves como síntomas psicosomáticos como dolor de cabeza y abdominal, aislamiento social, problemas en el trabajo y la escuela, incapacidad para hacer frente a la vida cotidiana y represión de la realidad, entre otros casos.
¿Puede el amor enfermarte?
07/02/2012 12:00 AM - Ivelisse Santos
El amor es uno de los sentimientos más sublimes, pero cuando no es correspondido puede causar trastornos emocionales que afectan la salud
El mal amor puede conducir a la muerte debido a las enfermedades que presenta.
En la actualidad, para nadie es un secreto el papel que juegan las emociones humanas en la concepción de la salud integral, y desde luego, en el desarrollo de las enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que más del 90% de las enfermedades tienen un origen psicosomático, de hecho, las características de las personalidad, el manejo que tenemos de las emociones y la manera de lidiar con el estrés, conflictos, fracasos y frustraciones pueden potenciar o desarrollar diversas enfermedades.
Una de los estados que provocan mas enfermedades sicosomáticas es el enamoramiento. Dicen los científico que el amor es una enfermedad mental, un estado de dependencia, que sin el amor uno no puede vivir y hasta a veces provoca serios trastornos mentales que llevan a que una persona tenga un desequilibrio mental y pueda llegar a matar a otra persona o atentar contra su propia vida.
Según el médico árabe Alì ibn al-Abbas al-Magusi, quien además fue un sabio enciclopedista y un prolífico escritor, decía que el mal de amor se podía introducir entre las pesadillas y la parálisis. Para combatirlas recomienda medidas “humedecedoras” como los baños de agua dulce, montar a caballo y mucho deporte, entre otras. Sostenía que el enfermo del mal de amor debía mantenerse ocupado para que sus pensamientos se desviaran y que si así lo hacía con el tiempo olvidaría a la persona que con tanta pasión amaba.
De acuerdo con la sicóloga Aracelis Nuñez hay que tener presente que las enfermedades que vienen asociadas a una relación de pareja, siempre tienen que ver con el estrés crónico, lo que se podría definir como un desajuste del organismo, algo que con el correr del tiempo hace que el organismo se desgaste y que nuestros mecanismos de adaptación fracasen.
Núñez explica que las enfermedades más comunes se dan a nivel cardiovascular, triplicándose estas posibilidades en el caso de la mujer.
También se presentan muchos inconvenientes a nivel gastrointestinal (por ejemplo, colon irritable, lo que provoca diarreas repentinas), se puede duplicar la posibilidad de diabetes tipo 2, y a nivel cerebral puede haber daños en una zona de nuestro cerebro que tiene que ver con la memoria, el aprendizaje y la concentración. También se dan muchos trastornos del sueño o de la alimentación. Todo esto va pasando lentamente y al principio no se le atribuye a la mala relación de pareja.
“Cuando se pierde la esperanza aparece una sensación de derrota. Cuando se sabe con certeza que nada va a cambiar y no quedan fuerzas para seguir luchando aparece la enfermedad. Pero será sólo la punta del iceberg.
Por debajo de las enfermedades cardiovasculares, de hormonas que se descontrolan, de un sistema inmune que enloquece y se ataca a sí mismo, de un cerebro que no puede proteger ni a sus propias neuronas, por debajo de todo esto, está el dolor emocional, un dolor que grita en el cuerpo lo que las palabras no pueden decir. Eso es el estrés conyugal”, dice la experta.
Un dolor con causas científicas
Por más extraño que pueda parecer, científicos italianos descubrieron las razones biológicas de lo que se conoce como el “mal de amores”, un padecimiento que no contempla sexo ni edad.
Gustavo Adolfo Becquer, en el siglo XIX, expresó: “Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes a dónde va. Ya hay respuesta a tanta incertidumbre.
Al parecer, el famoso “mal de amores” tendría origen científico legitimado por el mundo de la medicina. Según un estudio científico, la causa del “mal de amores” reside en los neurotransmisores y en los genes de las personas.
Según se indicó en un informe de Ansa, el amor se va de la mano de la serotonina, una sustancia sintetizada en las neuronas serotoninérgicas en el sistema servioso central
“Cuando uno está feliz, explica Denisa Legac, profesora de la Universidad de Graz, en Austria, el amor es la cosa más bella del mundo. Pero cuando se sufre se convierte en una auténtica patología, una obsesión de la que es difícil desprenderse.
Luego de largo tiempo de análisis, el equipo de investigación aportó insospechados datos científicos para dar un abordaje “técnico” al sufrimiento por amor que, asegura, pone en riesgo la seguridad de uno y la de los otros.
Los índices analizados en la investigación demostraron que el mal de amor aumenta el riesgo de suicidios y homicidio y que el 50 por ciento de los asesinatos se produce en el ámbito conyugal y el 45 por ciento de las mujeres asesinadas son víctimas de sus parejas actuales o anteriores.
No se debe reprimir el sentimiento de tristeza
Muchas personas cometen el error de reprimir el mal de amores en vez de aceptarlo y con ello oponerse activamente contra él.
Según los expertos, a menudo esto trae consigo consecuencias más graves como síntomas psicosomáticos como dolor de cabeza y abdominal, aislamiento social, problemas en el trabajo y la escuela, incapacidad para hacer frente a la vida cotidiana y represión de la realidad, entre otros casos.
miércoles, febrero 01, 2012

INVESTIGACIÓN
Reportan hay más hipertensos, diabéticos y obesos
Dato. El 35 por ciento de la población dominicana mayor de 18 años padece de hipertensión arterial.
Doris Pantaleón
Santo DomingoEl 35 por ciento de la población dominicana mayor de 18 años padece de hipertensión arterial; 30.8% presenta obesidad general; 10 por ciento es diabético y 31 por ciento tiene sobrepeso, realidad que afecta por igual a la población asegurada y no asegurada, de acuerdo a los resultados del Estudio Factores de Riesgo Cardiovascular y Síndrome Metabólico (Efricard II) divulgado ayer.
La investigación precisa que el perfil epidemiológico de los dominicanos está matizado por la hipertensión, los malos hábitos alimenticios y el poco ejercicio físico. Fue realizada por el Instituto Dominicano de Cardiología y las sociedades dominicanas de Cardiología y Endocrinología, patrocinado por el Seguro Nacional de Salud (Senasa). Los valores que miden el riesgo han ido incrementándose entre los dominicanos al compararlos con los resultados de ese mismo estudio realizado en 1998. No obstante, el hábito de fumar bajó al pasar de 22% a ocho por ciento. En ese entonces la hipertensión afectaba al 30%; la diabetes a ocho por ciento y la obesidad a 17% de la población.
El doctor Rafael Pichardo, encargado de la investigación, al dar a conocer los resultados, consideró escandaloso que de cada 100 adultos en el país, 35 sean hipertensos, ya que esa es la primera causa de muerte entre los adultos hombres y mujeres. Los mayores riesgos se registran a partir de los 45 años, por lo que llamó a enfrentar esa realidad.
De un universo de 5,000 personas estudiadas, entre 18 y 70 años de edad, de diferentes clases sociales, 41% de los hipertensos asegurados pertenece al régimen subsidiado (población pobre), y 37% al contributivo (empleados que aportan al sistema); en obesidad, 32 por ciento es del contributivo y 30.3% proviene del subsidiado, y en diabetes mellitus, 22.1% es del régimen contributivo y 23% del subsidiado.
La investigación abarcó el Distrito Nacional, las regiones Sur, Este y Cibao, tomando muestras tanto en sectores de clase baja como en media y alta.
Obesidad
El 60% de los estudiados presenta obesidad visceral, de los cuales el 68.3 por ciento es del régimen contributivo y 72.4% subsidiado.
El estudio revela que 16% de la población estudiada va caminando al trabajo, y esos son los que presentan niveles más bajos de colesterol malo, lo que, de acuerdo al cardiólogo Ángel González Medina, evidencia la importancia del ejercicio físico como cambio en el estilo de vida.
Los resultados fueron ofrecidos durante una rueda de prensa encabezada por el doctor Pichardo y la doctora Altagracia Guzmán Marcelino, directora ejecutiva de Senasa, quien consideró el estudio como una herramienta fundamental para el país al momento de adoptar políticas de salud, y dijo que el mismo evidencia la necesidad de poner en marcha acciones de promoción y prevención. Precisó que con ese estudio Senasa, que administra los riesgos de salud sin costo alguno a más de 2 millones de personas pobres, da una campanada de alerta para que la población conozca sus puntos vulnerables en materia de salud.
El estudio Efricard II fue realizado por Pichardo y González Medina, del departamento de Enseñanza e Investigación del Instituto Dominicano de Cardiología; Wilson Ramírez y Petronila Martínez, de la Sociedad Dominicana de Cardiología, así como Félix Escaño y Yanet Vélez, de la Sociedad Dominicana de Endocrinología.
De los afiliados que resultaron con hipertensión arterial, 38.7% es de sexo masculino y 32.8 del femenino.
De los encuestados de Senasa, 75.5% pertenece al régimen subsidiado y 24.5% al régimen contributivo.
martes, enero 31, 2012


Las dominicanas mueren del corazón
No pensaba ir al estadio ese día. Los planes de Milagros Bencosme (54 años) para esa tarde de sábado 19 de enero de 2008 consistían en un baño, enfundarse en una bata y meterse a la cama a ver televisión. "Si me hubiera quedado sola, como pensaba, ahí me hubieran encontrado...", relata hoy, cuando se cumplen cuatro años desde que su corazón se infartó.
Presionada por su esposo y una amiga, esa tarde decidió acompañarlos a ver jugar a las Águilas, el equipo de béisbol que todos ellos alentaban. Nada la hizo sospechar de lo que sucedería. No tuvo ningún síntoma, no sintió ningún malestar. "Yo había pasado mi día normal, limpiando, haciendo todos mis oficios".
Llegaron al Estadio Quisqueya. "En la entrada me dieron una mentica. Me la estaba comiendo, todo bien, cuando de buenas a primeras -eran las nueve y algo, las Águilas estaban ganando 5-3- me comenzó un calentón aquí en el pecho y un dolor en la boca del estómago". Milagros sintió que se asfixiaba. "Y los brazos comenzaron a hacerme calambres. Los dos. Iban y venían". Como pudo, se puso de pie entre la muchedumbre que celebraba con brincos.
- Ay, Julio, me siento mal -le dijo a su marido.
- Yo soy médico, déjenme ayudar -interrumpió entonces un hombre. Milagros se enteraría después de que se trataba del doctor Nicolás Rizik.
Entre Rizik y tres hombres más, la agarraron y como pudieron la sacaron de entre el gentío. A la salida del Estadio se encontraron con una dificultad adicional: la ambulancia disponible para emergencias no quería recibir a Milagros porque el seguro no lo cubría. El doctor montó en cólera:
- ¡Cómo es posible que ustedes vayan a dejar morir a esta señora porque no coge el seguro! Si tengo que montarme yo en la ambulancia, yo la llevo.
Fue solo tres días después, cuando todavía estaba en Cuidados Intensivos de la unidad de Cardiología del Centro Médico Dr. Escaño que Milagros se enteraría de lo que había pasado. Le pasaron una hoja para que firmara su autorización para un cateterismo. Ahí, en ese pedazo de papel, salía la palabra "infarto".
En República Dominicana, un 13.99% de las muertes masculinas se debió a infarto en 2010. Un 15.44% de los fallecimientos de las mujeres se debió a esta causa.
Las cifras del corazón
El infarto agudo al miocardio es la principal causa de muerte de las mujeres en República Dominicana. De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Salud, en 2010 un 15% de los fallecimientos femeninos se debió a este motivo. Eso significa que 1,508 mujeres murieron ese año por esta causa.
La cifra es considerable si se compara con otras causas de muerte que reciben más atención. El tumor de mama se llevó a 221 mujeres (2%), y el de cuello de útero, a 145 (1%). La segunda causa de muerte, en cambio, fue el accidente vascular encefálico agudo, con 487 víctimas (5%), lo que pone el acento en las enfermedades cardiovasculares.
Las 10 principales causas de muerte en mujeres en República Dominicana
Causa Número %
Infarto agudo al miocardio 1,508 15.44%
Accidente vascular encefálico agudo 487 4.99%
Hemorragia intraencefálica 259 2.65%
Neumonía 250 2.56%
Edema pulmonar 230 2.35%
Tumor maligno de mama 221 2.26%
Enfermedad cardíaca hipertensiva con insuficiencia cardíaca (congestiva) 220 2.25%
Infarto cerebral 187 1.91%
Diabetes Mellitus (no especificada) 182 1.86%
Otras cirrosis del hígado y las no especificadas 168 1.72%
Fuente: Dirección de Información y Estadística, Ministerio de Salud. Año 2010
Hombres y mujeres.
"El infarto al miocardio es una condición que está relacionada a la muerte de las células del músculo cardíaco, generalmente debido a una obstrucción de una o más de las arterias coronarias", explica Petronila Martínez, presidenta de la Sociedad Dominicana de Cardiología.
Tradicionalmente se vinculaba el infarto a hombres de mediana edad, y a la imagen cinematográfica de un dolor fulminante y repentino en el pecho. Hoy, se sabe que si bien ellos lideran las cifras en cuanto a cantidad, ellas sobreviven menos: las menores de 50 años de edad tienen el doble de posibilidades de morir tras un infarto que ellos. Y según la ONG norteamericana Women's Health Foundation, un 42% de las mujeres que sufre un infarto muere al año de ocurrido evento, comparado con un 24% de los hombres.
¿A qué se debe que los jóvenes sobrevivan menos a un infarto?
"Una persona de edad avanzada tiene arterias colaterales en el corazón, que se han formado con el tiempo. Cuando se le obstruye una arteria, las colaterales llevan el flujo sanguíneo al área del corazón afectada. La persona joven que se infarta no tiene esa ventaja: la arteria se tapa y no hay colaterales que lleven la sangre", explica Petronila Martínez.
Uno de los factores que incide en esta tasa de mortalidad femenina es el desconocimiento de los síntomas de un ataque al corazón en la mujer, más amplios y confusos que en los hombres. "Cuando en la mujer ocurre un infarto al miocardio, suele presentarse como un dolor de pecho opresivo, generalmente detrás del esternón, que puede o no irradiarse hacia el cuello, la mandíbula, la espalda y la cara interna de los brazos, sobre todo el brazo izquierdo", explica Martínez. "En algunas ocasiones se acompaña de nauseas, vómitos, sensación de malestar general, pero en algunas mujeres puede no haber dolor, sobretodo si son de edad avanzada o diabéticas. Y además, puede presentarse simplemente como un cambio en el estado de ánimo, con síntomas de depresión, llanto inexplicable, dificultad para respirar o dormir".
"Deberíamos establecer una campaña masiva para que la gente conozca sus factores de riesgo, y para que conozca cómo prevenir un infarto al miocardio y ayudar al otro. En los diferentes centros, lugares públicos, empresas, aeropuertos, parques, debería existir algún tipo de dispositivo de atención -un desfibrilador- que la gente esté entrenada a usar", reflexiona Martínez. La atención inmediata salvaría muchas vidas.
Síntomas de alerta temprana.
Un estudio realizado por el National Institutes of Health de Estados Unidos descubrió que existen signos que pueden aparecer un mes o antes en las mujeres que sufren un infarto. Dentro de los más habituales, ellas reportaron haber sentido los siguientes:
• 71% fatiga inusual
• 48% dificultad para dormir
• 42% falta de aire
• 39% indigestión
• 35% ansiedad
Factores de riesgo
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, "casi dos tercios de las personas que sufren un infarto de miocardio mueren antes de recibir atención médica". Es por ello que la prevención pasa a ser vital.
Los especialistas señalan factores de riesgo modificables y no modificables. Los primeros guardan relación con el estilo de vida, mientras que los segundos se asocian a la herencia, el sexo y la edad.
Factores no modificables
• Edad y sexo: La edad de riesgo para un hombre es a partir de los 40 años de edad, mientras que en la mujer es a los 50. "No es que sea más frecuente en el hombre, sino que en la mujer el riesgo comienza de 8 a 10 años más tarde", explica Martínez. Esto ocurre porque hasta el momento de la menopausia la mujer está protegida por los estrógenos. "Y la terapia de remplazo hormonal no reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular, contrario a lo que antes se pensaba".
Dominicanas que fallecieron por infarto, según edad
Fuente: Dirección de Información y Estadística, Ministerio de Salud. Año 2010
• Herencia: "Si una persona tiene un familiar de primer orden -papá, mamá, hermanos- con antecedentes de enfermedad coronaria -infarto, muerte súbita o angina- antes de los 50 años, es un factor de riesgo importantísimo que predispone a la persona a que tenga una condición parecida a una edad similar".
Factores ligados al estilo de vida
• Sobrepeso y obesidad: Los kilos de más son el principal factor de riesgo entre los dominicanos. De acuerdo a los resultados preliminares de la investigación sobre los Factores de Riesgo Cardiovascular y del Síndrome Metabólico (EFRICARD II) que se realizó en el país, un 69% de la población tiene sobrepeso, y un 29% es obesa. Y a más kilos, más riesgo.
• Colesterol: Según los preliminares de EFRICARD II, un 24.7% de la población dominicana sufre de colesterol alto. A pesar de que las mujeres jóvenes suelen tener menores niveles de colesterol que los hombres de su misma edad, entre los 45 y 55 años, los niveles femeninos empiezan a superar a los de sus pares masculinos, una brecha que sigue aumentando con la edad.
• Hipertensión arterial: Según el estudio EFRICARD, el 35% de la población dominicana sufre de hipertensión. Las mujeres que presentan esta condición tienen 3.5 veces más de riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria, que aquellas con una presión normal.
• Diabetes: El exceso de azúcar en la sangre estrecha y endurece las arterias, lo que aumenta el riesgo de infarto. Según el estudio EFRICARD II, un 11.7% de la población dominicana tiene diabetes mellitus. "Hoy en día ser diabético es prácticamente un equivalente a enfermedad cardiovascular", asegura Martínez. Y según Women's Health Foundation, las mujeres con diabetes tienen más del doble de posibilidades de sufrir un infarto que las que no tienen esta condición. Además, duplica el riesgo de un segundo ataque al corazón en las mujeres, aunque no en los hombres.
• Uso de tabaco: Las mujeres que fuman corren el riesgo de sufrir un infarto 19 años antes que las que no lo hacen, asegura la Women's Heart Foundation. El estudio EFRICARD II determinó el tabaquismo en el país en un 9.8%. "En gente joven y en mujeres, es casi el único factor de riesgo. Cuando uno se encuentra a una mujer de 40 años con infarto, por lo general resulta ser fumadora", detalla Martínez.
• Anticonceptivos orales: "Porque disminuyen las HDL (colesterol "bueno") y promueven la formación de coágulos dentro de las arterias", explica Martínez. Es muy importante que antes que una mujer se someta a una terapia de anticonceptivos, sea revisada por un cardiólogo para que vea cuál es su perfil de riesgo en general".
• Otros factores: el estrés, el alcoholismo y llevar una vida sedentaria acercan a cualquier persona a un infarto al miocardio.
Qué hacer ante un infarto
"Lo ideal sería que el paciente mastique una aspirina de 325mg y que acuda lo más pronto posible a un servicio médico. Que no trate de buscarle explicación al dolor, y que no maneje: es una de las mayores imprudencias que se cometen", explica Petronila Martínez.
Milagros
Antes de sufrir el ataque al corazón, Milagros Bencosme asociaba los síntomas de un infarto a un "dolor en el pecho muy grande". En el momento en que le ocurrió, lo que menos pasó por su cabeza fue que se tratara de un tema cardíaco. "Yo más lo asociaba con el estómago", dice.
Casi no tenía factores de riesgo, salvo la edad y la presión que mantenía a raya con sus medicamentos. No fumaba, y comía sano. "Por su record y su historial, no era propensa a infarto", le comentó su doctora. "No sé por qué me dio", reconoce hoy Milagros, "pero me dio".
martes, enero 24, 2012

Cómo manejarse ante las ansiedades que se producen por no alcanzar las metas planteadas
Consejos. Trazarse logros a corto plazo y medir sus capacidades para lograrlas
Escrito por: MERCEDES PÉREZ REYES
(mp.reyes@hoy.com.do)
El ser humano, por naturaleza, vive en constantes aspiraciones por obtener nuevas y mejores cosas en su vida. Conseguir un mejor trabajo, tener su propia casa, comprar un carro o cambiar el que tiene. En fin, es una búsqueda de mejoría que no termina. Y no está mal. ¿Consigue usted siempre todo lo que quiere? No. Pero no se desanime, que nadie consigue todo lo que quiere.
El hecho de no lograr la meta deseada provoca un estado de ansiedad en las personas que, según explicó Indhira de la Cruz, psicóloga del Centro de Centro de Aprendizaje y Psicología (CAP), puede llegar a hacerse notorio de diferentes formas. “En algunas personas se manifiesta con dolores de cabeza y gastritis; en otras con dolor en el cuello y espalda, opresión en el pecho, tensión en mandíbulas, deseos exagerados de comer y desmotivación para hacer ejercicio”, señaló.
Es normal que un sentimiento de depresión invada la mente, cuando no vemos llegar lo que se anhela con tanta intensidad. Por tal razón, la terapeuta familiar y de pareja compartió algunas estrategias, con el objetivo de liberarse de esos efectos.
Solución. Lo primero es elaborar un proyecto de vida con metas a corto, mediano y largo plazo.
Pero debe fijarse metas que vayan a corde con su realidad y desarrolle un plan de acción para dar seguimiento a estas metas por etapas o pasos.
“Acostúmbrate a utilizar una agenda actualizada, donde apunte todas las actividades, indicando el tiempo que le ocuparán. No apunte más cosas de las que pueda hacer”, recomendó De la Cruz.
De igual forma, dijo que es necesario aprenden y habituarse a medir las capacidades, “y no te violentes intentando hacer algo más allá de tus posibilidades. Evita “exprimirte” hasta el agotamiento. Cuando una tarea no avanza, realiza otra tarea o haz una pausa, y si puedes sal del lugar donde te encontrabas”.
Trate de ver las tareas y los contratiempos como desafíos que le permitirán crecer, y no como situaciones amenazadoras. A veces lo trágico no son tanto las situaciones, sino la actitud que asumimos ante ella.
Indhira manifestó que activar la red social (amigos, vecinos y familiares), con quienes compartir tanto lo bueno como lo malo de la vida, es una parte vital del para vivir en armonía.
Haga ejercicios. Proporciona una forma de escape para la agresividad y genera un estado placentero de relajación después de cada práctica. Hacer deporte beneficia la salud cardiovascular y ayuda a quemar calorías.
Es necesario, señaló De la Cruz, acostumbrarse a admitir y a demandar la crítica, así como a expresar honestamente tus puntos de vista. Puede pedir ayuda a las personas de tu entorno, lo que significa una muestra de reconocimiento hacia la otra persona. “El desahogo con terceros mitiga frustraciones. Busca ayuda terapéutica, si fuera necesario y sientes que estás atascado en una crisis producida por el ciclo de vida en el cual se encuentra”.
“Aprenda a ser asertivo. Es sano ser algo egoísta. Al mismo tiempo, no permitas que los demás te presionen, te manipulen”, concluyó.
Cambios
Trate de ver los cambios y problemas como un desafío y una oportunidad para la transformación y la evolución.
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